Va a más. La compra de viviendas de segunda mano para fines de semana y vacaciones prolifera entre las familias castellonenses y cada vez son más las que optan por municipios del interior para establecer su segunda residencia. El principal motivo es que "los castellonenses quieren ganar calidad de vida, y muchas familias anhelan una casa grande, con jardín", que no se pueden permitir en zonas de la costa porque "los precios son prohibitivos para muchos bolsillos", según explica la presidenta del Colegio Oficial de Agencias de la Propiedad Inmobiliaria, Antonia Expósito.

Por eso, la demanda de viviendas residenciales con más de 1.000 m de parcela, en localidades como L´Alcora, Borriol, La Pobla Tornesa, Vilafamés o Vall d´Alba, ha crecido a un ritmo vertiginoso en la provincia. Aunque este auge de la demanda ha salpicado ya a los precios de estas viviendas, que "antes eran moderados", ahora oscilan ya entre los 180.000 y los 961.000 euros, habiendo registrado una subida de entre el 15 y el 20% en el último año, según indicaron agentes inmobiliarios.

PRECIO ALTO, PERO COMPENSA Se trata en muchos casos de precios elevados, pero las familias que compran este tipo de vivienda son "familias constituidas, con independencia de transportes y, en muchos casos, de horarios, que buscan tener una mayor tranquilidad en su tiempo libre, por lo que el espacio en casa y la extensión de la parcela resultan fundamentales", explica Sonia Vallejo, de Inverco. Unos privilegios que no son tan asequibles en la costa porque el precio de estos chalets "es elevado, pero equivale al de un piso o un adosado en la costa".

Pero no cualquier localidad vale para comprarse una vivienda de segunda mano. Las más demandadas "son las que se encuentran a una hora de Castellón y están bien comunicadas", comenta Francisco Nomdedeu, de Inmobiliaria Nomdedeu, por lo que las infraestructuras resultan fundamentales a la hora de elegir vivienda. En este sentido, Borriol y las urbanizaciones cercanas como Masia Gaet o L´Abeller, y la Pobla Tornesa, son dos de las áreas que han registrado un mayor auge gracias a la autovía, así como Sant Joan de Moró, Vilafamés, Montalba o Cabanes, entre otras.