A pesar de que adquirir una caja de preservativos puede ser tan sencillo como introducir unas monedas en un dispensador en plena calle, todavía hoy, entrado ya el siglo XXI, hacerse con el método anticonceptivo por excelencia puede encontrar más de un obstáculo precisamente en los establecimientos que, a priori, han sido siempre referencia para su venta. Según ha podido saber y comprobar el periódico Mediterráneo, todavía algunas farmacias de la provincia mantienen reservas éticas para la venta de profilácticos, mientras que para otros métodos de anticoncepción exigen sin fisuras la receta médica.

De hecho, según confirmó el presidente del Colegio de Farmacéuticos de Castellón, Juan Vicente Gilabert, "el preservativo es un producto que no es un medicamento, por lo que las farmacias no están obligadas a dispensarlo". Sin embargo, no es menos cierto que en prácticamente todos los establecimientos farmacéuticos de la provincia, la venta de condones es una práctica habitual ya sea en mostrador o incluso en dispensadores ubicados en el exterior del local.

En el lado opuesto, Gilabert explicó que, "aunque se trata de un debate ya cerrado", todavía hay algunas farmacias en la provincia que no dispensan preservativos "porque tienen su creencia religiosa particular". No están obligados, pero su negativa, como mínimo, sorprende. Así, por ejemplo, en una farmacia de Burriana, a la pregunta "¿tienen ustedes preservativos?" por toda respuesta se recibió: "Esto es una farmacia y aquí viene la gente que está enferma".

Pocos casos

No es éste el único caso. Además de este establecimiento, otras farmacias --al menos dos casos más en Burriana y Vinar²s-- optan por no dispensar profilácticos, al posicionarse en contra de los métodos anticonceptivos, aunque el preservativo sea también el mejor medio de protección para prevenir las enfermedades de transmisión sexual.

Sin embargo, tal como reconocieron tanto el presidente del Colegio de Farmacéuticos de Castellón como diversos profesionales del sector, este tipo de reservas éticas son muy poco habituales ya en la provincia, y en ningún caso están admitidas para la dispensación de otros métodos anticonceptivos, como las píldoras, siempre y cuando cuenten con receta médica.

"Todo farmacéutico tiene la obligación de dispensar cualquier medicamento que llegue prescrito por un médico, incluso los anticonceptivos", indica en este sentido Juan Vicente Gilabert. De hecho, el presidente del Colegio de Farmacéuticos matiza que si se diera algún caso de un farmacéutico que se negase a dispensar anticonceptivos con receta "podría tener problemas legales". "Otra cosa", añade, "es que en ese momento no disponga del medicamento --según informa Gilabert los anticonceptivos no están incluidos en el decreto de existencias mínimas de una farmacia--; en ese caso debe buscarlo y dispensarlo".

Sin receta

Sin embargo, según ha podido saber este periódico, es una práctica habitual en buena parte de las farmacias la venta de anticonceptivos sin receta médica cuando se trata de clientela habitual, "cabal y responsable". De esta forma, según comentaron algunos profesionales del sector, se pretende dar servicio a las clientas que, por cualquier motivo, no han podido acudir al ginecólogo a tiempo y necesitan seguir tomando la píldora. Unas facilidades que no todas las farmacias están dispuestas a proporcionar.