Una enfermedad llevó a El Idrysy Youssef al servicio de Urgencias del Hospital General de Castellón un 3 de abril de 2004. Ahora, este documento podría ser el pasaporte que le permita acceder a la regularización. El Idrysy dice llevar dos años en España, pero, no podía acreditar un domicilio y, por este motivo, no se empadronó. Ahora vive en Oropesa en una vieja casa de campo, "sin luz, ni agua ni nada", afirma.

El Idrysy estuvo "muy enfermo" y fue atendido de urgencia en el hospital, pero hay gente que, durante su permanencia en la provincia, a lo mejor nunca pisó un centro hospitalario, apunta Abdellah Ajriri, presidente de la Asociación de Trabajadores Marroquíes.

Laafar Hamid, por su parte, trató de acogerse al proceso extraordinario de regularización abierto en el año 2000, pero no le concedieron los permisos porque no pudo acreditar medios de prueba suficientes. Un impreso con fecha de 31/01/2000 así lo evidencia. Ahora vive en una casa de campo de Castellón y, por eso, tampoco está empadronado.

Una cartilla de la Caja Rural, donde aparece la fecha de 20 de junio de 2003 también acredita la permanencia que Zaroial Kasem llevaba aquí un periodo de tiempo superior a los seis meses que exige el reglamento de extranjería para poderse acoger a la normalización.

Los presidentes de la asociación rumana y del colectivo de trabajadores marroquíes sostiene que hay una mayoría de inmigrantes que no están empadronados. El miedo a la expulsión, porque la nueva ley de extranjería permitía el acceso a los padrones por parte de las fuerzas de seguridad, o el simple desconocimiento son las razones por las que muchos no se inscribieron en el padrón. "Básicamente, porque los ayuntamientos no tienen planes de integración social que expliquen de forma detallada la importancia de estar empadronados", argumenta Vicent Zaragoza, experto en Inmigración.

Ahora, sólo les falta un contrato de trabajo para poder acceder a la regularización. "Lo han buscado, pero nada", reconoce Abdelah Ajriri, quien recuerda que hay 1,5 millones de inmigrantes en España en situación irregular y sólo unos 300.000 han solicitado acogerse al proceso de normalización. La mayoría no está empadronado, pero, la falta de un contrato de trabajo "es otro de los problemas, porque los empresarios tampoco quieren participar", afirma Ajriri.