Los 500 pescadores que cierran desde el lunes el puerto de Castellón por tierra endurecieron ayer las movilizaciones, con el fin de presionar más ante la reunión que sus representantes mantendrán esta tarde con la ministra de Pesca, Elena Espinosa.

Tras casi 24 horas en las rotondas de acceso a PortCastelló, un grupo formado por hasta 12 piquetes se desplazó a cuatro supermercados de Castellón y, en Mercadona, tiraron el pescado que se vendía al suelo. El puerto de Barcelona, igual que otros de la costa mediterránea, siguió bloqueado, impidiendo el paso de tres grandes buques de pasajeros, mientras las mujeres de los pescadores del Baix Maestrat reanudaron los cortes de la N-340. Hoy, un grupo de hasta 150 de ellas, se manifestará en la capital de La Plana.

A primera hora de ayer, la autoridad portuaria y la Federación Provincial de Pesca intentaron que se desbloquearan los accesos al puerto y se dejara trabajar a los transportistas que, en algunos casos, llevaban 20 horas parados. Tras un amago de optimismo, los manifestantes, reunidos en una improvisada asamblea al final de la tarde, decidieron mantenerse inmóviles. Los transportistas estaban indignados. "Nos hemos encontrado con este problema sin comerlo ni beberlo y si no trabajamos, no cobramos", reclamaba un grupo de camioneros de Burgos, Sagunto, Albacete y Almassora.

SIN PESCADO Los momentos de mayor tensión se vivieron en el Mercadona de la avenida Valencia. "Nosotros les advertimos y no nos hicieron caso, por lo que se tienen que atender a las consecuencias", detallaron los piquetes. En otra superficie de Castellón, los manifestantes no actuaron ya que se habían cerrado hasta las cámaras frigoríficas. Aun así, el enfrentamiento fue mucho más duro en otros comercios de Alicante.

En el Grao también se vivieron momentos difíciles cuando un restaurante intentó entrar pescado camuflado en una furgoneta de panadería. "Aquí no pasa nadie", aseveraron los pescadores. Por la tarde, un camión intentó salir del puerto y se encontró con la oposición de los piquetes.

Mientras, en el mar, los faenadores de Vinar²s, Benicarló y Peñíscola salieron por la mañana a aprovisionarse y siguieron cerrando el acceso portuario.

Estos ánimos sufrieron un duro golpe cuando, por la tarde, se conocieron las primeras denuncias a los 72 barcos que colapsan la bocana pesquera desde el lunes. Ahora, hoy, a negociar.