"En China encuentras productos manufactureros que aquí ya no se fabrican". Esta es la principal motivación que ha impulsado a un empresario castellonense que se dedica a la distribución de productos alimenticios a emprender una aventura comercial en el gigante asiático, siguiendo los pasos de otros que también han decidido hacerlo.

Según explicó ayer a Mediterráneo, este emprendedor acaba de regresar del que ha sido su segundo viaje a China en busca de cajas y recipientes de mimbre con los que presentar regalos de empresa para las navidades. "Hasta ahora nos tocaba elegir lo que otros traían de allí, así que decidimos ir nosotros hasta el país y conocer toda la oferta que tenían", detalló. "Para nosotros viajar se ha convertido en una obligación", agregó.

El balance de la experiencia ha sido positivo. "Allí encuentras de todo, precios y calidad, se tiene que pensar que este país es el fabricante del 50% de la mayoría de los productos que encontramos en el mercado", indicó a Mediterráneo. Por este motivo, aseguró que regresará a Cantón, el lugar donde hace sus principales negocios "seguramente, el año que viene".

Un largo viaje

Sin embargo, reconoce que trabajar en China no es sencillo. "Te piden que reserves cantidades grandes y también tienes que ir con un traductor", detalló. Por este motivo, son muchos los empresarios que deciden viajar en grupo. Así, comentó que "siempre que se puede te unes con personas del mismo sector y estás mejor".

Además, en el capítulo de los contras también se encuentra la gran distancia que separa Castellón de China, a lo que se unen las diferencias horarias. "El viaje son 16 horas a las que se les debe de sumar el tiempo que se pierde en retrasos, cambios de hora..." y "esto nos lleva a alargar las visitas durante unos 12 días" asegura.

Otros empresarios consultados también indicaron que el interesado en trabajar en el gigante asiático debe conocer las peculiaridades de las negociaciones. "Allí tienes que hacerte amigo de la persona con la que te interesa cerrar un trato antes de firmar nada", dijeron.

Pese a ello, una vez allí, los empresarios afirman sentirse "casi como en casa".