Las redes dedicadas a la prostitución y explotación sexual de mujeres prueban a las chicas, como si de material se tratara. Según explicaron fuentes policiales y confirmó la presidenta de la oenegé Causas Unidas, Olaya Castells, que trabaja prestando su ayuda a prostitutas, las víctimas de estas organizaciones de trata de blancas tienen un periodo de caducidad de 21 días cuando son trasladadas a un club de alterne. Entre tanto, son compradas y vendidas por apenas 200 euros, e incluso cedidas entre las proxenetas y las redes que controlan el negocio de la prostitución en la provincia.

Una vez finalizados los 21 días, las mujeres que valen se quedan en los locales y las que no, cambian de club o pueden terminar ejerciendo la prostitución contra su voluntad en cualquiera de los caminos rurales existentes en varias localidades castellonenses, donde todos los días, haga frío o calor, numerosas jóvenes inmigrantes esperan, medio desnudas, a sus clientes.

´CHULOS´ COMPATRIOTAS Los chulos, sus propios compatriotas, las vigilan a corta distancia, y las someten a las más violentas agresiones, vejaciones sexuales, incluso mutilaciones, para anular su voluntad, como le ocurrió a una chica que ejercía la prostitución en el Camin s.

En la provincia existen más de un millar de chicas, sumando las que se encuentran en locales de alterne, los pisos de citas y aquellas que se prostituyen en la vía pública; y el 99% de ellas son extranjeras extracomunitarias, como explicó el subdelegado del Gobierno, Juan María Calles.

"La mayoría de estas chicas son engañadas por las redes bajo pretextos de trabajos en empresas de hostelería, aunque otras sí saben que van a ejercer la prostitución", explica Olaya Castells. Lo que no sabe ninguna es que cuando llegan a su destino, les retiran el pasaporte y les exigen deudas de hasta 40.000 euros, que nunca terminan de pagarse, a cambio del viaje desde su país de origen y el alojamiento, Y por ello, son obligadas a saldarlas con la venta de su cuerpo, como explicó la coordinadora de la Asociación Feminista para la integración de las Mujeres (Alecrín), Silvia Pérez.

"Los miembros de las redes, además, tienen derecho de pernada y las obligan a mantener relaciones sexuales con ellos cuando quieren", explicó la presidente de Causas Unidas, quien añadió que los proxenetas les quitan todo el dinero que ganan y solo les dan una parte para que se compren elementos de higiene personal y medicinas, "porque si no se cuidan o están enfermas no rinden igual".