Las cifras hablan por sí solas. Un total de 2.791 personas, la inmensa mayoría mujeres, han denunciado a sus parejas por presuntos malos tratos en los últimos cinco años. Son datos facilitados por la Subdelegación del Gobierno en Castellón y que revelan que los casos de violencia de género, lejos de decrecer, van en aumento año tras año.

Las fuerzas de seguridad y las distintas administraciones no ocultan su preocupación por unas cifras que demuestran que las denuncias por violencia se han multiplicado por diez en poco más de cinco años. Y como muestra un botón: En el 2001 hubo 109 casos en toda la provincia, mientras que en el 2005 se contabilizaron 1.088 denuncias. Lo peor, a juicio de todas las fuentes consultadas por este rotativo, es que la tendencia al alza parece imparable. "Solo desde el 1 de enero al 30 de junio de este año se han contabilizado 530 casos, un poco más de la mitad que durante todo el ejercicio pasado", aseguran fuentes de la Subdelegación del Gobierno.

De las estadísticas de la Policía Nacional y la Guardia Civil se deduce que, en el primer semestre del año, Castellón ha registrado una media de 44 casos de malos tratos al mes. "Prácticamente no hay día en que las fuerzas de seguridad no detengan a una persona como presunta autora de un delito de violencia de género", subrayan. Y no solamente se trata de agresiones físicas, sino verbales, coacciones, amenazas o quebrantamiento de órdenes de alejamiento. Los expertos señalan que las denuncias representan entre un 30% y 40% de los casos, el aumento de ayudas y asistencia a las víctimas por parte de la Administración influye en el número de asuntos conocidos.

UNA CURVA ASCENDENTE Las estadísticas de las fuerzas de seguridad proporcionan una lectura cuanto menos preocupante. De los 109 casos contabilizados en 2001, se pasó a los 70 del 2002. Un año después, en 2003, hubo 187 denuncias. Pero ha sido a partir de 2004 cuando las cifras han empezado a alarmar. En 2004 existieron 807 casos de malos tratos y en 2005, 1.088. Las detenciones también han aumentado en la misma proporción, pasando de las 33 del 2001 a las 901 del último año.

Aunque es muy difícil establecer un perfil del maltratador, varios estudios hablan de un hombre que aspira por medio de la violencia a ejercer poder y control absoluto sobre su pareja, no solo en lo que hace o deja de hacer, sino también en sus pensamientos y sentimientos más íntimos. Los informes dicen que el agresor es celoso hasta extremos patológicos. Y en sus relaciones, la sexualidad la basa en la sumisión de la mujer. "La mayoría de actos violentos se inician ante el miedo de que su mujer le va a abandonar", concluyen.