Es la gran infraestructura pendiente en materia de prevención de inundaciones. Fue solicitada nada menos que en 1991 por el Ayuntamiento de Castellón. Se incluyó después en el Plan de Infraestructuras Estratégicas y en el Patricova. El proyecto fue adjudicado en el mes de mayo por 24,5 millones y consiste en un nuevo encauzamiento de siete kilómetros en el tramo entre la AP-7 y la playa del Serrallo. El plazo de ejecución de la obra, según el contrato, es de 36 meses.