El pleno del Consell aprobó a mediados del 2006 el proyecto de la Ley Reguladora de los Campos de golf en la Comunitat, que establece normas de integración territorial y fija condiciones de diseño como la vinculación a estos espacios de terrenos para acciones ambientales o paisajísticas, con una superficie igual a la cuarta parte del campo; así como destinar un mínimo de un 20% de la instalación a masas forestales o acreditar la disponibilidad de recursos hídricos "sin que se puedan detraer caudales destinados al consumo humano o agrícola".