David ha vencido a Goliat. Los agricultores castellonenses manifiestan su satisfacción porque, esta campaña, por primera vez en años, han conseguido imponerse a la distribución, han logrado que rebaje sus márgenes y ello les ha permitido conseguir los ya inesperados beneficios.

El delegado provincial de La Unió de Llauradors, Vicent Goterris, explica que "este año, nosotros hemos ganado dinero, pero el consumidor no ha tenido que pagar más por la fruta que compraba en el lineal del supermercado". ¿Cuál ha sido la clave? Goterris lo tiene muy claro: "quiénes controlan los precios son las cadenas de distribución y de comercialización y, este año, al ver que ya estaban matando a la gallina de los huevos de oro, han tenido que decidir rebajar sus ingresos".

Cabe recordar que los excesos de los intermediarios eran una de las grandes quejas del sector en las últimas campañas y frente a la que pedían mayor regulación a través del Observatorio de Precios. Un organismo que los sindicatos han criticado debido a la falta de actualización.

Cuestión de calidad

El representante sindical desmiente de este modo que, si este año los cítricos han tenido valor, ha sido únicamente gracias a la menor producción. "El mercado tiene capacidad de absorber más fruta y una muestra de ello es que las exportaciones solo han caído un 2%, mientras que la cantidad de cítricos disponibles lo ha hecho en cerca de un 30%", indica. Asimismo, considera que la calidad ha sido mayor que en temporadas anteriores ya que "la merma ha resultado muy baja, al pasar del 30% de la campaña anterior a entre un 8 y un 10% de la actual".

Para tomar nota

El secretario general de Fepac, Doménech Nácer, por su parte, indica que "los resultados que vamos a conseguir ahora van a servir para que aprendamos cómo funciona el mercado". En su opinión, el sector se debe empezar a plantear la posibilidad de "equilibrar la producción y, en ocasiones, dejar fruta en el árbol para que gane valor".

Al respecto, el presidente de la asociación de exportadores Asociex, Jorge García, asegura que "cuanta menos oferta hay, transmites al comprador mayor tranquilidad, por lo que se puede negociar mejor, con valores al alza". Sin embargo, es más cauto y no quiere aventurar que el año que viene será igual.