La sexta jornada de campaña llevó ayer a José Luis Rodríguez Zapatero hasta el País Vasco. En concreto, a Barakaldo, en Vizcaya, tierra del socialismo veterano y obrero. Como era de prever, el presidente del Gobierno aprovechó su presencia en esa plaza para hablar de terrorismo. Y dijo muchas cosas. Pidió el voto a los vascos para tener "fuerza suficiente para acabar con ETA". "Si somos más fuertes, seremos más capaces de acabar con la barbarie", manifestó. Más adelante dijo: "Pido a toda la sociedad que no dé amparo, ni respiro, ni legitimidad a los violentos, que han demostrado tras mi esfuerzo que el único lenguaje que conocen es el de la muerte y las bombas".

CONTRA EL PP A pesar de que su objetivo central era la banda terrorista, Zapatero enfiló antes que nada su artillería contra el PP. Así, el presidente reclamó en primer lugar el voto para conjurar el "riesgo del ordeno y mando, del todo vale, hasta usar el terrorismo como han hecho durante cuatro años por la ciega y desnuda ambición de poder y no haber sabido asumir la derrota electoral" en las urnas el 2004.

Ante unos 5.000 seguidores que abarrotaban el pabellón Luxua, Zapatero reclamó un reconocimiento a su decisión de entablar el fallido proceso de paz. "Pido el voto a quienes saben que he usado lo más profundo del sentimiento y lo más alto de mis valores por ver el fin de la violencia y dar un horizonte de dignidad a tantas familias que viven amenazadas", dijo Zapatero dirigiéndose a los asistentes.

"La paz es la tarea más noble y que más sacrificio exige; es la tarea de los valientes, a los que no les importa perder para salvar vidas, como siempre hemos hecho los socialistas", manifestó en uno de los pasajes más ovacionados de todo su discurso.

Sentados en la primera fila lo escuchaban con atención los presidentes de Cataluña, José Montilla; Aragón, Marcelino Iglesias; y de Castilla-La Mancha, José María Barreda, a quienes saludó desde el estrado como ejemplo de la pluralidad territorial y la "convivencia" que, desde su punto de vista, predica el PSOE.

NORMALIDAD Y DEMOCRACIA Zapatero reclamó finalmente el voto para que España tenga un Gobierno "normal, democrático" y no uno "muy antiguo". El candidato socialista ironizó sobre el hecho de que los dirigentes del PP tratan a los extranjeros "como si no fueran seres humanos" y después "van a misa".

También en tono irónico punzante, y sacándose el clavo del ataque que sufrió recientemente por parte de la Iglesia católica, Zapatero confió en que los "obispos" ahora llamen a los conservadores la atención con la finalidad de que estos cambien de actitud hacia los inmigrantes.