Aunque "nunca es suficiente, porque las necesidades son muchas", tal y como señalan desde las oenegés, en la provincia de Castellón trabajan como voluntarios activos y estables un total de 8.400 personas. Este es el dato global que proporciona Fundar, la Fundación de la Solidaridad y el Voluntariado, una organización sin ánimo de lucro, nacida en 2001 y participada por la Conselleria de Inmigración y Ciudadanía y Bancaja.

El número de organizaciones no gubernamentales que funcionan en la provincia es de 243, de las que el 75% se dedica a acción social; el 14,4%, a cooperación internacional; y el 12%, al medio ambiente. Respecto a las entidades de acción social por subsectores, son mayoritarias las de personas con discapacidad, seguidas de la infancia y juventud.

En cuanto al perfil del voluntario de Castellón, Fundar señala que, a grandes rasgos, se corresponde con el de una mujer, de entre 25 y 59 años de edad que, además de ser voluntaria, trabaja a jornada completa.

En este sentido, Arantxa Boronat, responsable de Voluntariado y Desarrollo Local de Cruz Roja en Castellón, donde trabajan 2.823 voluntarios, señala sobre esta figura que "la definimos como toda persona que de forma reflexiva, solidaria y desinteresada desarrolla una actividad en beneficio de la comunidad, dentro del marco de los fines y objetivos de Cruz Roja".

Sobre el papel del voluntariado, Boronat añade que "no se limita a la intervención, sino que forman parte de la vida asociativa de Cruz Roja y la implicación del voluntariado es la base del desarrollo de la propia institución; en este sentido, destacamos que los máximos responsables son voluntarios".

De los 2.823 voluntarios de Cruz Roja en Castellón, el 51,54% son mujeres y el 48,46% hombres, y operan en las 19 asambleas locales que dan cobertura a prácticamente toda la provincia. En este ámbito, Boronat señala que "un gran reto de Cruz Roja para los próximos años es diversificar el perfil del voluntariado, aumentando la incorporación de nuevos colectivos como son jubilados y prejubilados, jóvenes y personas inmigrantes, entre otros".

Por su parte, Juan Manuel Enrich, delegado episcopal en Cáritas y director de Cáritas Diocesana de Segorbe-Castellón, organización que en 2007 contó con el apoyo de 525 voluntarios estables, señala que "hay mucho voluntario que trabaja y mucho, pero nos hacen falta más, sobre todo, jóvenes comprometidos".

Desde Patim, una organización que trabaja desde 1985 en Castellón en la prevención y el tratamiento de las adicciones, Jordi Lores, el responsable de voluntariado de la entidad, explica que "tenemos las puertas abiertas a los voluntarios, siempre hacen falta más, teniendo en cuenta que es más útil la ayuda comprometida y estable de una hora a la semana, que una tarde de vez en cuando".

Lores informa que, precisamente este fin de semana, se ha celebrado en Benicarló el aplec del voluntariado, una iniciativa compartida entre el Ayuntamiento de la ciudad y las oenegés, en la que dan a conocer su trabajo y realizan un llamamiento a la participación.