El barrio de San Isidro de Getafe (156.000 habitantes, al sur de Madrid y epicentro de España) parecía ayer una estampa sacada del popular barrio de San Genaro de la serie Cuéntame... Bailes, lágrimas, abrazos, brindis, petardos... No faltó de nada para celebrar con Antonio Platero, el lotero, y su mujer, Conchi, la suerte por partida doble. Desde su modesta administración de El Trébol repartieron entre "gente obrera", como se definían ayer todos, 195 millones de euros del número 53.152, agraciado con el segundo premio (excepto algunos décimos que se devolvieron), y otros 10 millones del 51.972, un quinto premio.

"No me da ninguna pena que no me haya tocado a mí. Me siento feliz viendo a tanta gente contenta, más en esta época de crisis", decía el lotero entre un tumulto de cámaras y de micrófonos.

Los dos números fueron vendidos a clientes abonados, fijos de todo el año, habituales de ventanilla, vecinos del barrio, gente trabajadora y humilde. La mayoría trabaja en la zona: la Federación de Alimentación de CCOO, una oficina de Tourline Express, una tienda de retales y una peluquería, entre otros. Además de por la ventanilla de Antonio, el 53.152 fue esparcido en participaciones por el sindicato, supermercados, peñas y un bar del polígono La Cantueña (Fuenlabrada).

"Esperanza, vete buscando a otra inquilina", se dirigían a su arrendataria a través de la televisión Rebeca (en paro) y Rosalía (empleada en una residencia), compañeras de piso y agraciadas con 200.000 euros. "Aquí el dinero no sobra. Lo repartiré entre mis hijos, uno en paro", dijo Roberto, ganador de otros 200.000. Claudia, colombiana y dueña de un bar, tenía claro el destino de su pellizco: celebrarlo todo el día y reformar el negocio.