A pesar del descenso en el número de denuncias por circular sin seguro en la provincia en el 2009, aún quedan conductores que optan por no pagar la póliza, siendo conocedores de los riesgos de hacerlo.

Y es que los que se encuentran a diario con este tipo de casos aseguran que “no hay tantos como antes, pero quienes lo hacen son descarados y te llegan a reconocer abiertamente que no han pagado porque no han podido o no han querido, con la excusa de la crisis”. No obstante, hay otros que “sacan la picaresca e intentan engañar con todo tipo de estratagemas, como la típica excusa de la domiciliación bancaria, o que su pareja o familiar no ha acudido a pagar todavía, pero lo hará”.

Casualmente, muchos de ellos llevan, incluso, años sin pasar por la correduría para interesarse por cumplir con la obligación que, como conductores, tienen adquirida.

Así lo confirman desde algunas aseguradoras de la provincia, quienes afirman que “no hay excusa para conducir sin seguro” y señalan que “saben que ahora damos todo tipo de facilidades y hay seguros para todos los gustos y colores, pero a veces vienen a informarse y directamente no vuelves a saber nada más de ellos”.

Algo que desde las diferentes entidades en defensa de los derechos de los automovilistas califican de “insensatez”, ya que “no sirve de nada ahorrarse este dinero, porque el riesgo lo corres igual y en todo caso sales perdiendo si cometes esta infracción”. “Sale más caro tener que enfrentarse después a un juicio o a cualquier encuentro desagradable con la Justicia solo por ahorrar; mejor quedarse en casa y no conducir más”, señalan. Y recuerdan que hay pólizas desde un euro al día. “¿Quién no puede ahorrar un euro al día? Solo es quitarse un café”, indican.

Opinión con la que han coincidido siempre desde el Consorcio de Compensación de Seguros, ya que, al fin y al cabo, “quien tiene un accidente y no va asegurado paga las consecuencias, porque no se va de rositas”.

No obstante, desde RACC aconsejan a los propietarios de vehículos contratar la póliza que más se adapte a sus necesidades, en función de la antigüedad del vehículo. “Cuando tiene más de cinco años, es conveniente tenerlo a terceros, porque al final sale caro”. Y recomiendan completar las prestaciones con una póliza de accidentes que cubra al conductor ante un posible caso de muerte. H