La causante de muchos de los accidentes en la playa es la corriente. “Se debe tener mucho cuidado y nunca hay que nadar a contracorriente, porque al final uno se acaba agotando”, advierten varios de los profesionales consultados. “El mar es muy grande. La provincia tiene muchos kilómetros de litoral y se puede nadar a lo ancho. No hace falta alejarse demasiado de la costa ni tampoco pasar la línea de balizamiento, donde es más que probable que seamos víctimas de alguna embarcación”, recomiendan.

Los profesionales de Cruz Roja insisten en que la clave está en la responsabilidad y en la prudencia. “No debemos introducirnos de forma brusca en el agua”. Con eso se logra evitar los cambios de temperatura y el riesgo de sufrir un corte de digestión. “No debemos hacer largas exposiciones al sol y evitar las horas centrales del día”, recomienda Manuel Beltrán. Los socorristas también aconsejan “proteger la cabeza de los rayos solares y utilizar una crema solar con una protección adecuada a cada tipo de piel”. Pero aunque la teoría la saben todos, en la práctica es cuando surgen los problemas. “Todo el mundo conoce las normas básicas, aunque al final siempre hay un grupo de gente que las incumple”, cuenta Beltrán.

Y junto a los cortes de digestión y las insolaciones, los socorristas desempeñan también una labor esencial a la hora de encontrar a menores extraviados. “El año pasado fueron 40 durante todo el verano”, añade. Para que la búsqueda de esos niños sea más fácil, muchos municipios llevan varios años utilizando unas pulseras identificativas en las que aparece el teléfono de los padres . H