Es una patología del hormigón --debida al cemento aluminoso-- que se manifiesta en las viguetas de los forjados de los edificios, por la cual el hormigón utilizado pierde sus propiedades haciéndose menos resistente y más poroso, poniéndo así en peligro la estabilidad del edificio.

Los elementos de hormigón armado a la intemperie, balcones, cornisas... son los lugares donde con más frecuencia aparecen daños debidos al desprendimiento del hormigón, que tienen su origen en la corrosión de las armaduras.

Es un proceso lento que ocurre en el hormigón --en medios húmedos--, donde la cal apagada (hidróxido cálcico) del cemento reacciona y provoca un ácido, lo que lleva a la corrosión de armaduras de acero y daña las viviendas.