Las rupturas matrimoniales han vuelto a subir en la provincia desde el inicio de la crisis, hace más de dos años. Precisamente, la eternidad del declive económico parece estar detrás del incremento de divorcios y separaciones. Hasta ahora las rupturas habían mantenido una tendencia a la baja, precisamente por la difícil coyuntura existente, que hacía que más de uno se replanteara la separación si tenía que buscar un nuevo domicilio o ante la dificultad de tener que pasar la pensión alimenticia a los hijos si el progenitor se halla en paro. Sin embargo, según los datos publicados por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) relativos al primer semestre del año, el desamor y las ganas de perder de vista a la que era la pareja han ganado a la crisis. No obstante, no se trata de un aumento acusado, ya que la cifra alcanza las 841 rupturas frente a las 796 del mismo periodo del 2009, pero todavía se encuentran lejos de las 956 de idéntico lapso del 2008. H