La lista de proyectos pendientes del Consell en la provincia no es corta. Años de retrasos en la época de bonanza han provocado que haya un buen número de proyectos que están por materializar. Y algunos de ellos tienen un coste muy elevado, como la Ciudad de las Lenguas, el Centre de Convencions de Calatrava y la sede de la VIU de Frank Gehry.

Fuera de estas grandes obras, hay otras muchas, quizá de mayor repercusión para la población castellonense. El centro de día de Gran Vía o el hospital de la Vall en materia sanitaria, la multitud de carreteras, el TRAM al Grao y la línea 2, los numerosos centros educativos pendientes, las depuradoras de Almassora, Moncofa, Peñíscola o Xilxes, y la finalización de la Ciutat de la Justícia de Vila-real son una muestra.

Para agilizar algunas de ellas, la Conselleria de Infraestructuras ya ha impulsado un plan de colaboración público-privada que le permita obtener financiación.

Pero además, el Consell afronta otro reto en la nueva legislatura: hacer que funcione el aeropuerto de Castellón. Con las obras prácticamente concluidas, una vez entre en funcionamiento, el Gobierno autonómico deberá trabajar para lograr que sea un reactivador de la economía provincial. Lograr que determinadas compañías de bajo coste aterricen en Vilanova d’Alcolea no se logrará sin determinadas ayudas públicas. El Consell deberá seguir aportando recursos para que la infraestructura más importante que debe entrar en funcionamiento en la provincia traiga un buen número de turistas a Castellón. H