Francisco Camps declaró a preguntas de su abogado por las llamadas que realizó al sastre José Tomás cuando éste prestaba declaración ante la policía y señaló que el sastre le dijo que estuviera “tranquilo” porque “había pagado” y le explicó que le habían “llamado desde la Fiscalía” para ser interrogado y para preguntarle “si hacía trajes a personas importantes” y si le habían pagado trajes de Camps. El exjefe del Consell ha asegurado que consiguió “parar” la publicación de la información en el diario, si bien el día siguiente le comunicaron “que iban a publicar esa noticia” porque “tenían centenares de grabaciones que iban a ir saliendo y que iba a ser un ataque político muy importante”. En ese momento, Camps afirma que volvió a llamar al sastre y que lo hizo reiteradas veces porque se encontraba circulando en un coche por la autopista A-7, donde hay “muy mala cobertura”.

Asimismo, ha dicho que toda su vida “está radiografiada en declaraciones de renta y patrimonio”, pero paradójicamente, ninguna de las partes del proceso se las ha requerido.

En respuesta a preguntas de su abogado, aseguró que no tenía otro ingreso que el de su sueldo como presidente y que su patrimonio material se reduce a un piso que comparte en propiedad con su esposa y un coche de 1995 dado de baja “porque ya no funciona”.

“Toda mi vida está en las declaraciones de renta y de patrimonio, pero ninguna parte me ha pedido nada sobre mi vida económica, algo que resulta paradójico, porque cuando se insulta a alguien llamándole corrupto lo primero que debe pedir es sus declaraciones”. Ni la Fiscalía, “máxima responsable de lo que sucede aquí”, ni ninguna otra parte lo ha hecho, “porque tocan en hueso por mi transparencia y austeridad”, indicó, que además ha atribuido las compras en Milano anteriores al 2006 imputadas por la acusación a una “falsedad de documentos”.