La convocatoria de huelga general contra la reforma laboral para el día 29 de marzo, que UGT y CCOO registraron el viernes ante el Ministerio de Empleo y Seguridad Social, es en estos momentos el máximo exponente del clima de creciente conflictividad que los representantes sindicales prevén para Castellón, al igual que para el resto del Estado en las próximas semanas y meses en el ámbito de la negociación colectiva, prácticamente parada ahora.

Con este órdago al Gobierno, con el que buscan modificar el contenido de la nueva norma, se abren también las expectativas sobre en qué medida las organizaciones lograrán movilizar a trabajadores y parados, del mismo modo que se vuelve la vista hacia el análisis de las representación que ostentan estas entidades dentro del colectivo laboral.

Los números absolutos dicen que la afiliación de los castellonenses a los sindicatos se ha estancado en los dos últimos años, después de subidas situadas en el entorno del 10% en los dos ejercicios más intensos de la crisis económica, 2008 y 2009. Al término de ese ejercicio económico, los sindicatos mayoritarios, UGT y CCOO sumaban 35.647 afiliados, mientras que al cierre del 2011, era de 33.073, lo que supone un descenso del 7,2% sobre el mejor momento de la evolución.

A estos números, hay que sumar los más de 2.000 ciudadanos inscritos en CSI-F, tercera organización por volumen de socios; así como quienes forman parte del resto de las organizaciones minoritarias. La estimación final, que acerca a los 40.000 los castellonenses que pagan cuotas sindicales, implica que suponen uno de cada cuatro de quienes integran el colectivo de la población ocupada provincial, cifrada en 218.500 personas al terminar el 2011, según la última EPA.

Desde UGT en Castellón, su secretario general, Tino Calero, afirma que “ahora estamos en tasas similares a las del año 2006, aunque consideramos que sigue siendo un dato muy positivo, ya que la situación de la población ocupada y la tasa de paro de ese año no tiene nada que ver con la del año 2001”. En términos similares se expresa el secretario general de Acción Sindical de CCOO en Castellón, Salvador Granero, quien indica que “estamos manteniendo más o menos estable la afiliación, mientras que en el resto del País Valenciano decrece un 4%”. Ambos coinciden en señalar que la ralentización de los Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) y la prolongación de la crisis, con más paro, ha influido en reducción de las cifras absolutas. Apuntan también que lo que ocurre de forma creciente es el trasvase de las cuotas estandar a las reducidas para desempleados.

Por su parte, la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSI-F) en Castellón, que afirma que ha crecido en afiliados durante el último lustro en general y un 27% dentro de las empresas privadas, añade en palabras de su secretaria general, Teresa Navarro, que “no se puede negar que la crisis ha hecho mucho daño a los sindicatos pero, con todo, CSI•F, acudirá a su próximo congreso provincial de mayo con un balance favorable”. H