Descontentos sí, pero colapso por huelga no. La provincia de Castellón participó de manera muy desigual de la convocatoria de paro general organizada por los sindicatos de la provincia como reacción a la reforma laboral aprobada por el Gobierno de Mariano Rajoy, y que califican como el recorte de los derechos de los trabajadores más drástico de la historia de la democracia en España. Tanto fue así que, salvo la presencia puntual de los piquetes en puntos del centro de la ciudad o en algunas empresas, la normalidad y la ausencia de incidentes fue la tónica dominante de la jornada, de manera que los castellonenses casi vivieron una jornada como cualquier otra. No fue así por la tarde, cuando miles de ciudadanos sí aprovecharon la oportunidad y colapsaron el centro de la capital de la Plana para expresar su negativa masivamente contra las recetas aplicadas por el Ejecutivo contra la crisis.

GUERRA DE CIFRAS // Una vez más, hubo cifras para todos los gustos y de todos los colores, en función de quién valora el seguimiento. Los dos representantes de los sindicatos mayoritarios y convocantes del pulso al Gobierno, UGT y Comisiones Obreras (CCOO) no dudaron en hablar de “éxito rotundo”. Entrando en detalles, los líderes sindicales en Castellón, Tino Calero y Encarna Barragán, respectivamente, cuantificaron el seguimiento “en torno al 80%, diferente en función de los sectores”. Según indicaron, el respaldo fue del “100% en basura y transporte público urbano e interurbano”, donde sí se respetaron los servicios mínimos, aunque hubo retrasos. En el azulejo, fue del “ 60 al 70%; la universidad ha parado, y en Primaria y Secundaria, fue del 50%” del personal docente.

En el extremo opuesto se situó durante toda la jornada de ayer el Gobierno. Al final del día, la delegada en la Comunitat Valenciana, Paula Sánchez de León, hablaba de que el paro fue en las tres provincias “inferior a un 20%”, si se analizaba conjuntamente sector público y privado; porque en este último, la cuota la fijaba en “un 12%” de los trabajadores” --la media autonómica fue “un 10,28%”--, incidiendo en que se habían “cumplido los servicios mínimos” pactados de antemano. Sánchez de León fue más allá e hizo una valoración política, señalando que “la escasa incidencia demuestra que la huelga no es la solución a los problemas”.

La tercera pata afectada por la huelga, los empresarios, también valoraron el efecto de la convocatoria de manera tibia. La patronal Cierval, por su parte, lamentó una huelga que ha provocado “unas pérdidas que este país no se puede permitir”, a pesar del “escaso seguimiento” registrado en el sector privado, e incidió en que es una cita “inoportuna”, asegurando que en ninguno de los sectores fue más allá del “30%”.

Según comprobó Mediterráneo y se recoge en la edición de hoy, el alcance fue mayor en el sector público que el privado. La presencia policial y el temor a perder el empleo llevaron a apostar por un derecho al trabajo que, al final, pesó más que el de huelga. H