Más dinero para ayudar a las familias en la compra de los libros para afrontar el inicio de curso. Una decena de ayuntamientos de Castellón ha incrementado este año las partidas de fondos propios para que la cuesta de septiembre de sus vecinos sea menos empinada, mientras la Conselleria de Educación clarifica todavía qué dotación destinará a este efecto, tras definir que serán los centros los que determinarán a quién van las ayudas.

La Vall, Benicàssim, Orpesa, Vinaròs, l’Alcora, Onda, Peñíscola, Almenara, Morella y Betxí destinan partidas específicas, que van de 5.000 a 140.000 euros para manuales y material escolar, que, en la mayoría de casos, revertirán en los bancos de libros para su reutilización. “Donde no llega el Consell, deben llegar los ayuntamientos; lo principal son los vecinos”, señala el alcalde de Orpesa, Rafael Albert. Los ayuntamientos han incrementado, en algunos casos, hasta un 35%, este apartado.

Castellón, Vila-real, Burriana, Almassora, Nules y Benicarló no tienen esta partida específica. Los cinco coinciden en que “es competencia autonómica, aunque los casos de personas más necesitadas se derivan a Servicios Sociales, y se asisten”, explica el concejal de Educación de la capital, Vicent Sales. Todos tienen otras partidas “importantes” a Educación, pero no línea directa para libros. Vila-real sí tiene ayudas a comedor, y, “vista la situación actual de muchas familias --según la edila Mònica Àlvaro--, estamos planteando ampliar la subvención para libros, que ahora solo damos a niños de 3 a 6 años”. “Debería ser Conselleria la que diera cobertura a todos, pero, si no, ayuntamientos, centros y ampas trabajamos para que todos los niños puedan trabajar”, dice Guillermo Mercader, coordinador de Ampas de Vila-real. H