La confianza de los castellonenses en las cooperativas de crédito, más conocidas como cajas rurales, está fuera de toda duda. Hasta el punto de que el sector ha salido casi indemne del embate que ha supuesto la expansión de la gran banca tras la extinción y posterior absorción de las cajas de ahorros.

Los datos del Banco de España indican que el 28% de los depósitos que las entidades financieras atesoran en la provincia están a buen recaudo en alguna de las cajas rurales que existen (en el 2007 la tasa era del 30,66%). Es decir, casi 1 de cada 3 euros. La cuota de mercado es más del doble que la media regional (la cuota es del 12,20% ), y casi 5 veces más que la media nacional, donde las cajas rurales acumulan el 6,76% del pastel de los depósitos bancarios. H