El atentado perpetrado en el Madrigal el 15 de febrero le costará caro al Villarreal, aunque pudo ser peor. Tras la propuesta de sanción de 4.000 euros impuesta por Antiviolencia, ayer el Comité de Competición dictaminó una multa de 6.000. El club podría pagar por tanto hasta 10.000 euros por la salvajada, pero su afición, castigada ya durante el sabotaje en el partido ante el Celta, no sufrirá mayores trastornos, pues no se cerrará el campo. Competición, después de prolongar su sentencia -anunciada 12 días después del incidente-, sancionó a la entidad con los citados 6.000 euros y apercibe de cierre al estadio.

Esta sanción, consecuencia del bote de gas lacrimógeno que un espectador, aún no identificado, lanzó durante el transcurso del último partido de Liga que el equipo disputó en el Madrigal, podría ser recurrida por el Villarreal en los próximos diez días. Desde el club están meditando si presentan un recurso ante Apelación para rebajar el castigo.

CONDICIONANTE DE PESO // Competición confirmaba en su resolución que había pesado el informe presentado la semana pasada por Antiviolencia, en el que “se destaca la gran profesionalidad de todos los componentes del dispositivo de seguridad del club”.

El comité sancionó la infracción dentro del artículo 101.1 del Código Disciplinario de la RFEF denominado Alteraciones del encuentro de carácter grave. El organismo presidido por Francisco Rubio asegura en su dictamen que “los hechos deberían ser merecedoras de una sanción consistente en la clausura del terreno”, pero no cierra el Madrigal porque “el artículo 101.1 en su párrafo primero solo prevé el apercibimiento de clausura cuando los hechos se producen por primera vez en la temporada, siendo esta la circunstancia que concurre en este caso. Solo en caso de reincidencia el terreno podría ser clausurado”, aclaran.

Por este mismo motivo, añaden el castigo económico es tan elevado: “Como un medio de atemperar la liviana sanción, no obstante la gravedad de lo sucedido, se estima imponer la multa prevista en el artículo en su grado máximo”. Además, Competición asegura que el caso puede cambiar la legislación: “Se requeriría alguna modificación en cuanto a la tipicidad de algunas infracciones y sanciones”.

LLANEZA LO VE “NORMAL” // Mediterráneo se puso en contacto ayer con protagonistas como José Manuel Llaneza para preguntarle cómo sentó en el club la sanción de Competición: “La veo normal. No había pensado cuál podía ser el castigo, pero hay que dejarlo correr”. El consejero delegado, Fernando Roig Negueroles, declaró que “la persona que lanzó el bote no merecía el premio de que cerraran el Madrigal para ver cómo había triunfado su acto vandálico. Nuestra afición no merecía que se cerrara el campo”.

Por su parte, Marcelino concluye que “el Villarreal es un club que defiende un modelo de comportamiento muy claro y su afición ya demostró cómo es en Barcelona, donde fueron 10.000 y no hubo ni un problema”. Desde el vestuario, Musacchio afirma que “la afición no se merecía el cierre y el Villarreal tampoco”, mientras Bruno añade que “hubiera sido injusto castigarles por un acto individual. Creo que Competición lo ha valorado bien”. H