La realidad, tozuda, muestra que solo una mínima parte de las obras que se tienen que ejecutar del corredor mediterráneo entre Valencia y Tarragona está en marcha. Por tanto, la previsión de que el proyecto estaría operativo en el año 2015 difícilmente se cumplirá. Más bien, y como mínimo, la expectativa es la que sitúa ese hito en el 2016, tal y como predijo en el pasado mes de mayo el secretario de Estado de Infraestructuras, Rafael Catalá, quien atribuyó el retraso a “motivos técnicos”. Es necesario, por tanto, que los presupuestos del año próximo incluyan el dinero que resulta necesario para continuar las obras y que estas se ejecuten con una mayor celeridad.

Este proyecto es el único, junto con la variante de la N-340 entre Peñíscola, Benicarló y Vinaròs, que está en marcha, aunque ambos con incumplimiento de los plazos. De hecho, tal y como informó Mediterráneo, la mejora de la nacional a su paso por el Maestrat está ejecutada en un 70% tras cinco años de obras, y difícilmente se acabará antes de que termine el 2015. H