El proyecto para la mejora de la N-232 en el puerto de Querol prevé que el nuevo vial (se construirá un trazado diferente al actual en la vertiente sur del mismo, a la izquierda en sentido ascendente) ya esté en servicio en el 2017.

Esas son las previsiones de los ingenieros de KV Consultores (la empresa que ha redactado el proyecto), pero no necesariamente tienen por qué cumplirse. De hecho, en el anterior proyecto, el de trazado, se establecía como fecha de puesta en servicio el 2011, pero se ha retrasado “debido al proceso de trámite ambiental al que necesariamente ha habido que someter el proyecto”.

De esta manera, para cumplir la previsión del 2017, habría que aprobar en tiempo récord el proyecto, licitar y adjudicar las obras y expropiar los terrenos (esto es más fácil de cumplir). Y todo ello debe avanzar a la par que la tramitación de la financiación.

Este diario ya informó ayer de que, según el Ministerio de Fomento, el de Hacienda está tramitando el expediente para ejecutar la obra mediante el método alemán de pago atrasado. Sobre esto, el director-gerente de la Cámara de Contratistas de la Comunitat Valenciana, Manuel Miñés, señala que el proyecto está hecho para licitar la obra por el método tradicional de pago (certificación) y que en el otro caso las empresas tendrán que asumir si solicitan o no intereses por el pago ulterior.

Solo por esta vía (los Presupuestos Generales del Estado no prevén inversión para este año) se podría comenzar la obra en este 2015. Y aun así para cumplir el 2017 como año de puesta en servicio la actuación debería cumplir escrupulosamente los dos años previstos para ejecutar la construcción, algo que en el propio proyecto ya se prevé complicado, debido a los rigores del invierno de la zona, que retrasarían los trabajos puntualmente.

Eso sí, Miñés señala que los 2,5 millones de beneficio previstos para la empresa adjudicataria de la carretera es una cantidad “habitual” en este tipo de obras. H