El Partido Popular vivió ayer su noche más amarga. Después de más de dos décadas controlando el poder municipal en la provincia y el Gobierno de la Generalitat, las urnas le dieron la espalda y le arrebataron el mando de la Comunitat, la mayoría absoluta en alcaldías importantes (entre ellas la capital) y el dominio que aglutinaban en la Diputación.

Los socialistas, por su parte, pese a los desastrosos resultados en Les Corts, en la provincia recuperan el bastón de la alcaldía en muchos municipios (destaca la abrumadora victoria en Vila-real) y los pactos con otros partidos de izquierda podrían teñir de rojo el mapa político de la provincia.

El gran triunfador fue Compromís, verdadero partido emergente en la Comunitat. En el ámbito autonómico mucho tendrá que decir Mònica Oltra, crecida por los resultados, mientras que en la provincia sube de tal manera que es llave de gobierno en ayuntamientos tan importantes como la Vall d’Uixó, Benicarló, Onda, Vinaròs Almassora, Burriana y les Alqueries, entre otros.

La cruz, junto al PP, es Esquerra Unida. Sin grupo parlamentario y sin concejales en dos bastiones como Vila-real y Castellón.

EL PALAU // Alberto Fabra pierde la Generalitat y deja el Ejecutivo regional en manos de un tripartito de izquierdas. El PP de la Comunitat, desgastado por las dos décadas de gobierno y por los casos de corrupción que han azotado día tras día a los populares, pasan de tener 55 parlamentarios a 31, una cifra que no le daban ni los peores sondeos. Pero si el golpe recibido por Fabra es duro, no lo es menos el de Ximo Puig. Hace cuatro años los socialistas obtuvieron los peores resultados de su historia, pero anoche esos 33 diputados se quedaron en 23, aunque el político de Morella es el más votado de los partidos de izquierdas y podría liderar el cambio político en el Palau.

La única buena noticia que obtuvo ayer Javier Moliner, presidente del PPCS, es que los populares de Castellón son los que mejores resultados obtienen de las tres provincias. El PP del presidente de la Diputación obtiene cuatro puntos más que el de la provincia de Valencia y dos puntos más que el de Alicante.

Pese a ello, si se comparan los datos con los obtenidos en las elecciones locales del 2011, los populares pierden más de 14 puntos puesto que no llegan a los 96.000 votos mientras que hace cuatro años rozaron los 140.000. El PSPV-PSOE provincial también pierde, aunque menos. Baja dos puntos y se queda con 83.500 papeletas, aproximadamente. La debacle de los dos partidos mayoritarios es aún más sangrante en el capítulo autonómico, donde ambos son un coladero de votos, tal y como se aprecia al comparar los escaños por Castellón obtenidos. El PP pasa de tener trece parlamentarios a ocho, mientras que los socialistas solo pueden retener seis de los nueve que tenían. Los cuatro diputados autonómicos de Compromís no son sino el espejo del gran triunfo electoral de la coalición, y los seis que se reparten a partes iguales Podemos y Ciudadanos son el resultado de la ruptura del bipartidismo en la Comunitat y la pérdida directa de las papeletas de PP y PSPV.

El colorido de la bancada de los castellonenses en Les Corts deja claro que la Comunitat no se ha quedado al margen del fenómeno político que se viene registrando desde hace más de un año y que ya dio su primer aviso con las elecciones andaluzas. La pluralidad de partidos queda, por tanto, instalada en el Parlamento valenciano y marcará las corporaciones de muchos municipios de la provincia.

ESCENARIO VARIOPINTO // De este modo, la legislatura más complicada acaba con un vuelco que deja un escenario tan variopinto que ni las encuestas más atrevidas auguraban. Comienza ahora el momento de los pactos. Un futuro no tan incierto como podría parecer el hecho de que las únicas mayorías absolutas en pueblos importantes sean las de Alcalà de Xivert y Peñíscola, puesto que salvo sorpresas, los acuerdos que se alcancen serán para conformar equipos de gobierno progresistas en los que el despacho de la alcaldía estará presidido por un socialista o un representante de Compromís. H