El importante descenso en el volumen de la cosecha citrícola castellonense, conocido por el sector antes de que ayer se hiciera oficial la previsión, ha tenido efectos directos ya en el precio de las primeras operaciones de compra, en las que la cotización en el campo llega a presentar alzas de hasta el 30% sobre el pasado año.

El secretario técnico de la Federación Provincial de Agricultores de Castellón (Fepac-Asaja), Doménec Nàcher, informó ayer de que “el kilo de clementina se ha llegado a pagar hasta a 36 céntimos, lo que supone un 30% más que en la última campaña”. Nàcher señaló que espera que esas cotizaciones favorables se traduzcan de forma estable en una mejora para los productores.

reivindicación // En el mismo sentido se manifestaron también ayer jueves desde la Unió de Llauradors, o Cooperatives Agro-alimentàries de la Comunitat Valenciana, en boca de su presidente, Cirilo Arnandis, quien aseguró que “la merma en la producción citrícola debe favorecer el incremento de las rentas que perciben los distintos agricultores”.

En cuanto a la fuente oficial de las cotizaciones en el campo, la Mesa de Precios Cítricos de Valencia, su último informe, datado esta semana, indica que la clemenules se paga entre 23 y 32 céntimos de euros el kilo; mientras que clemenpons y arrufatina tienen precios de entre 25 y 37. Se trata de las distintas variedades, junto con orogrande y okitsu, de las que más operaciones se están produciendo en árbol.

Sobre el pulso en el campo, el portavoz de Fepac-Asaja, apuntó que, ante el descenso del volumen de la cosecha, comercios y cooperativas adelantan las compras con el fin de garantizar el suministro a sus clientes. Recomendó a los agricultores no precipitarse en sus decisiones de venta para obtener mejores precios. H