Ha sido un milagro que no nos tocara a nosotros”. “Ha sido horrible, como si fuera una película”. “La gente está muy nerviosa y estamos muy asustados”. Son algunos de los testimonios recogidos a lo largo de la jornada de los castellonenses que vivieron los acontecimientos registrados ayer en la capital belga. Personas que transitaban a pocos metros de los lugares donde estallaron los diferentes artefactos explosivos.

En el momento de la doble deflagración en el aeropuerto de Zaventem de Bruselas, el policía local de Onda Jorge Carceller (que había viajado a la capital europea por cuestiones familiares) se dirigía hasta allí de regreso a la ciudad castellonense, donde tenía que reincorporarse a su puesto anoche. Finalmente, pudo viajar y llegó a Valencia a primera hora de la tarde procedente del aeropuerto de Charleroi, el mismo aeródromo al que pudo llegar el delantero congoleño del Villarreal Cédric Bakambu, quien se dirigía a su país tras ser llamado por su selección nacional. El futbolista finalmente tuvo que viajar a París en coche al cerrarse el espacio aéreo belga y de ahí a Kinshasa, doce horas después de lo inicialmente previsto.

A POCOS METROS // Otras castellonenses vivieron a muy poca distancia de la estación de Maalbeek la tercera de las detonaciones, en el centro de Bruselas. Nela Gómez, quien fuera responsable de comunicación de empresas de la Cámara de Castellón y hoy partícipe de una start-up de apoyo al emprendimiento, fue testigo del atentado cuando apenas se encontraba a unos 300 metros del lugar. “Todos estamos nerviosos y nos han recomendado no salir a la calle. No paran de sonar los coches de policía. Afortunadamente todos estamos bien”, señaló.

La joven castellonense Gema Soriano, de 24 años, becada por el Ayuntamiento de Castellón para trabajar en la Fundació Comunitat Valenciana, manifestó que la explosión “sucedió cuando iba a la oficina, la gente estaba asustada y el ambiente era muy tenso. Ha sido horrible, parecía una película”. A la joven enfermera castellonense Andrea Segarra, que trabaja en el Hospital Clinique Parc du Leopold y que ya vivió el cerco a los autores de los atentados de París de noviembre pasado, le despertaron los sonidos de las propias ambulancias y enseguida la “llamaron para asistir a algunos de los heridos”. H