Conducir con cerebro. La doctora Belén Moliner, médico rehabilitadora del Servicio de Neurorrehabilitación de Hospitales Nisa, asegura que los aspectos cognitivos, como atención, la percepción, la memoria y la capacidad de decisión son claves para conducir de forma segura. Las distracciones, el consumo de alcohol o drogas, la fatiga o el exceso de velocidad pueden incidir negativamente.

--Exceder la velocidad ¿puede influir en la capacidad de conducción? ¿En qué sentido?

--La velocidad se considera uno de los factores más relacionados con los accidentes en los que se producen fallecimientos o víctimas graves. En el caso del conductor/pasajero, este efecto negativo se debe a que las fuerzas que se generan en el impacto de colisión son mayores cuanto mayor sea la velocidad del vehículo accidentado y el riesgo de lesiones graves aumenta exponencialmente. En el caso del peatón, a mayor velocidad del automóvil, mayor será la distancia recorrida por el vehículo mientras su conductor reacciona ante cualquier información relacionada con su tarea de conducir, y, entonces, las probabilidades de impacto también aumentan.

--¿Y si se ha ingerido alcohol o drogas?

--Con la ingesta de alcohol o drogas nuestros sistemas sensoriales disminuyen (se reduce el campo visual, se ralentizan movimientos oculares, por ejemplo), nuestra respuesta física es más torpe (como una menor precisión y coordinación, entre otras cosas) y disminuye drásticamente nuestra capacidad de atención, y la velocidad de respuesta ante imprevistos. Muchas sustancias, además, producen una falsa sensación de seguridad al volante, disminuyendo la conciencia del riesgo, lo que le lleva a elevar el listón. Y ya en el caso del consumo combinado de alcohol y drogas, todos estos efectos están potenciados, y los efectos son aún más peligrosos.

--Si se está distraídos, ¿cómo incide en la conducción?

--Nos impide reconocer señales o indicaciones y nos pueden impedir identificar aspectos peligrosos o imprevistos que pueden surgir durante la conducción. Las distracciones o falta de atención son una de las mayores causas de colisiones y están implicadas de entre el 25% y el 50% de los accidentes.

--¿Y el cansancio?

--La falta de descanso al volante es junto con el consumo de alcohol y drogas una de las principales causas de muerte en las carreteras en nuestro país. El cansancio, la fatiga, o la falta de horas de sueño provocan una reducción de nuestra capacidad de vigilancia, se hacen más lentos los tiempos de reacción, y una disminución de nuestros reflejos y pérdida de agudeza visual.

--¿Qué porcentaje de quiénes acuden a neurorrehabilitación lo son por accidentes de tráfico?

--Los accidentes de tráfico son la principal causa de muerte en el grupo de 15 a 29 años. Además, este tipo de accidentes son el primer motivo de discapacidad de origen neurológico en adultos jóvenes. Gran parte de los problemas derivados de un accidente de tráfico son susceptibles de mejoría si se instauran los programas de rehabilitación adecuados. Y es que más de la mitad de los pacientes atendidos hoy en día en un Servicio de Neurorrehabilitación como el nuestro lo hacen tras sufrir un accidente así.

--¿Qué lesiones presentan?

--Las lesiones son muy variables. En general, son problemas motores, cognitivos y conductuales que impiden o dificultan muchas actividades cotidianas, como por ejemplo, vestirse, asearse o comer. Pero cada paciente suele presentar una única combinación de problemas de movilidad (pérdida de equilibrio, riesgo de caídas, dificultades para caminar), conductuales (irritabilidad, falta de iniciativa, desinhibición o depresión), y cognitivos (dificultades de aprendizaje, orientación, o problemas de comunicación) que obligan a abordar terapias especializadas, en las que intervienen diferentes profesionales sanitarios para ajustarlas a cada paciente.

--¿De qué dependerá la recuperación de ese paciente?

--Muchos de estos factores son estáticos y por tanto inalterables tras el accidente. Entre ellos, la edad (es peor cuanto más mayor es ese paciente), el grado de escolarización (peor cuanto más bajo), el nivel socioeconómico y/o el apoyo sociofamiliar, así como el consumo de alcohol-drogas entre otros. Hay otros factores en pronósticos relacionados con el traumatismo que también son de tipo estáticos, como el tipo de traumatismo o su casuística (es peor, por ejemplo, cuanto más alta sea la aceleración-desaceleración que se produzca). Por contra, existen también factores susceptibles de mejoría si se instauran los programas de rehabilitación apropiados, como la duración del coma, la situación clínica, neurológica, neuropsicológica y funcional del paciente o las pruebas de neuroimagen. H