UBE es una compañía japonesa con 120 años de trayectoria, pero ejemplo de que es posible seguir innovando. El objetivo del trabajo de I+D de la empresa, que factura 6.000 millones de euros y suma 11.000 empleados en todo el mundo --en la sede de Castellón se generan 345 millones de euro de negocio y 500 empleos-- es siempre «llevar la investigación a los usuarios, al mercado», desde los principios del «desarrollo sostenible», para «ser respetuosos con el medio ambiente».

El director de I+D de UBE Corporation Europe, Víctor Costa, escenificó este proceso con el ejemplo del trabajo que está llevando a cabo la compañía en el desarrollo de envases para la alimentación. «El 58% de los alimentos se desperdician porque no están lo suficientemente protegidos», remarcó, lo que significa una gran pérdida no solo desde «el punto de vista de los alimentos en sí, que también, sino en la cantidad de CO2 que se emiten». Concretamente, 99 millones en la actualidad, y «126 millones en el 2020».

UBE está volcada en atajar esta problemática. ¿Cómo? Mediante el desarrollo de «un buen envase», que permita «la preservación de los alimentos contra su oxidación», con «altas propiedades mecánicas» para «evitar las roturas»; que posibiliten «la esterilización»; «disminuyan el espesor» de los mismos para consumir menos recursos y tengan «menos peso y volumen» que otros materiales tradicionales, como el «vidrio o el metal». Y la solución es el plástico, elaborado a base de poliamidas, concretamente el nylon 6.

La demanda de estos materiales está en plena expansión en todo el mundo. Y de ahí que compañía vaya a más que duplicar su producción de este material en su sede de Castellón en el 2018, hasta alcanzar los 70.000 Tm/año, superando incluso el volumen de su matriz en Japón.

Pero la I+D de UBE también se extiende a otros ámbitos, como el desarrollo de materiales para la automoción, caso del recubrimiento de la celda de hidrógeno con el que ya se investiga el funcionamiento de vehículos con la marca Toyota; o en el desarrollo de elastómeros y sustancias para el recubrimiento de objetos, como es la fijación de CO2 mediante el policarbonato diol, un polímero que permite una alta durabilidad y resistencia química, térmica, al rayado... «Al final, hay un gran ahorro de recursos», zanja. H