La escuela de Sorita cerrará el próximo mes de junio y sus puertas ya no se abrirán en septiembre. La desaparición del colegio entristece a una localidad de cerca de 100 habitantes, donde hace más de una década que no nace un niño. Las cifras son demoledoras y la despoblación por la falta de nacimientos golpea a este pequeño municipio de Els Ports. El arreglo escolar previsto para el próximo curso por la Conselleria de Educación pone en evidencia el cierre de este centro.

El motivo está claro. Solo hay cuatro alumnos que, a partir de septiembre, deben cursar la ESO en el instituto de Morella. No hay ningún niño para mantener las clases abiertas. Sin duda, este hecho entristece a los vecinos de este municipio que alberga el hermoso Santuario de la Virgen de Balma. Su alcalde, Manuel Milían, a pesar de que no quiere profundizar en este hecho, lamenta que dentro de 20 años «igual ya no haya nadie en el pueblo». Y es que la despoblación parece imparable y sus consecuencias se antojan dramáticas para los municipios del interior de la provincia.

Sorita, cuya escuela formaba parte del colegio rural agrupado (CRA) de Els Ports, se enfrenta a una despedida que se da con demasiada frecuencia. Años atrás fueron Almedíjar (Alto Palancia) y Torre Endoménech (Plana Alta) los que tuvieron que cerrar. En el primer municipio, los escolares acuden a Segorbe y, en el segundo caso, hasta Cabanes.

En busca de familias

Conseguir que familias jóvenes con hijos se instalen en un pueblo es uno de los principales objetivos de la mayoría de ayuntamientos pequeños. Si hay niños se asegura el mantenimiento de la escuela y todo lo que ello comporta. Sin ir más lejos, el pasado verano la Pobla de Benifassà logró salvar su escuela, gracias a una familia de Ciudad Real con ocho hijos. Fueron los candidatos elegidos para gestionar el hotel-restaurante municipal y, paralelamente, asegurar el futuro del colegio al menos unos siete.

De este modo, el alcalde de la Pobla, David Gil, decidió poner en valor la explotación de este edificio municipal, resultando ser una solución efectiva para evitar el cierre del colegio. A la propuesta se presentaron varias familias, entre ellas una pareja con dos hijos de Castellón que vivía en Noruega. Es un ejemplo de como aprovechar los recursos para generar oportunidades.