Lleva más de un año entre apuntes, esquemas y subrayadores amarillos. Ese es el guión de su vida, su tabla de salvación. María José es de Castellón, tiene 43 años y es opositora. Lo es a la fuerza. Hace cuatro años perdió el trabajo de delineante con el que se había ganado la vida durante dos décadas, y cuando se puso a buscar un empleo nuevo, descubrió que lo que le ofrecían eran como volver a la casilla de salida: solo encontraba empleos a tiempo parcial con sueldos muy bajos o trabajos hasta bien entrada la tarde, imposibles de compaginar con el horario escolar de sus hijos. Hoy aspira a convertirse en auxiliar administrativo de Sanitat. La Conselleria ofrece para este año 327 plazas. Si tiene suerte y se hace con una ellas tendrá un trabajo para toda la vida, un sueldo de unos 18.000 euros anuales y, sobre todo, un horario matinal.

Aunque puede parecer extraño, María José no es la única mujer de Castellón de más de 40 años que aspira a ser funcionaria. Todo lo contrario. Forma parte de un grupo cada vez más amplio de opositores, aquellos que hacen mucho que dejaron el instituto o la Universidad, han tenido ya uno o varios trabajos o un negocio que la crisis se llevó por delante, tienen hijos a los que mantener, hipoteca que pagar y han decidido opositar para optar a un empleo más estable. «Cada vez tenemos opositores más mayores. Hay muchas mujeres en estos años se han quedado en el paro y que estudian para conseguir una plaza. También muchísima gente de entre 35 y 40 años», describe Alicia Pérez, responsable de la academia CEA, en la calle Navarra de la ciudad de Castellón.

Se pregunte a la que academia que se pregunte la respuesta es la misma. «El perfil del opositor ha cambiado mucho. La mujer siempre ha sido mayoritaria en puestos como el de auxiliar administrativo o enfermería, pero en convocatorias como Policía Nacional o Guardia Civil la presencia de la mujer es cada vez más alta. Lo que también ha variado es la edad. Hace unos años la media estaba en 25 y ahora está en 35», apunta Fernando Albert, gerente de la academia Albert, también en la capital, que lleva casi 50 años preparando a opositores.

Tras años de sequía casi absoluta, la convocatoria de este año ha dado alas a opositores y academias. «Este año, por fin, hay más movimiento. Aún no estamos a los niveles anteriores a la crisis, pero sí se ha notado un repunte», explica Marta Palanques, de la academia Ados, que en estos momentos tiene grupos para auxilio y tramitación judicial y auxiliar administrativo de Sanitat.

EL SECRETO, LA CONSTANCIA // Conseguir una plaza de funcionario no es fácil. Nunca lo ha sido y para los mayores de 35 lo es todavía menos. «Hay gente que lleva años descolgada de los estudios y volver a engancharse no es tan sencillo», añade Albert. Además, hay personas que compaginan la preparación con un empleo y la tarea aún resulta más complicada. «Lo ideal es dedicarse el cien por cien a prepararse bien y sacar la plaza», aseguran desde Ados.

María José corroboran que las dificultades existen. «Al principio pensé que no iba a poder volver a estudiar después de tantos años, pero lo hice porque sabía que tenía una gran oportunidad de encontrar un buen trabajo», apunta esta aspirante a auxiliar administrativo que, de lunes a viernes, dedica entre ocho y diez horas diarias a empollar el temario.

Claro que hay oposiciones y oposiciones. «Cada convocatoria es un mundo. No es lo mismo una convocatoria para ser celador o auxiliar administrativo que una para ser policía, donde cada prueba es eliminatoria», sentencia Albert que destaca que, como mínimo, se requieren dos años para superar la prueba con éxito. Luego están, por ejemplo, las de cuerpos superiores (como un juez o un fiscal), que requieren de mucho más tiempo.

Además de tiempo, para sacarse una oposición y convertirse en funcionario se requiere una inversión. Aunque los precios varían mucho, los temarios pueden llegar a costar 500 euros. La academia o un preparador individual oscilan entre los 100 y los 400 euros al mes, y las tasas de las pruebas propiamente dichas, cerca de los 60 euros de media.