La crisis ha tenido un rostro muy duro en el mundo laboral. Y en Castellón todavía más. Por el camino se han quedado decenas de empleos, de los que, dos años después de iniciada la mejora económica, no se han recuperado todavía ni la mitad. De este golpe no se ha librado nadie. Tampoco los sindicatos. Porque en los últimos años, las organizaciones que defienden a los trabajadores han perdido afiliación, financiación, representación en las empresas y reputación. Y esto es, en buena medida, hablar de Comisiones Obreras (CCOO) y UGT, el binomio sindical que predomina en España y también en Castellón. Ahora, y tras años de descenso, las cosas están empezando a cambiar y muy poco a poco las organizaciones sociales van recuperando su espacio.

El descenso de la afiliación llegó con la crisis. En 2007, las dos grandes centrales sumaban en Castellón algo más de 35.000 cotizantes. Hoy apenas son 24.000, según datos de las propias organizaciones. CCOO, por ejemplo, ha pasado de los 16.000 afiliados del 2012 a los 12.000 de ahora, un 25% menos. «En los últimos meses se ha parado la bajada y de 11.800 hemos pasado a algo más de 12.000, un incremento de algo más de 1%», destaca Manel Nieto, secretario general de CCOO Comarques del Nord de Castellón. A UGT le ha ocurrido algo muy similar y ha empezado el año con 12.300. «Hay un repunte. Con la mejora del empleo, que no de la calidad, se ha notado un ligero aumento en el número de afiliados», describe Francisco Sacacia, líder de UGT en la provincia.

Para ambas centrales, el principal motivo de la caída de la representación (el número de delegados sindicales también ha ido a la baja hasta alcanzar los 1.569 en el caso de UGT y los 1.400 en CCOO) está en la propia crisis económica. Los altos niveles de paro provocaron que decenas de afiliados de todos los sectores prescindieran del sindicato (y, por tanto, de abonar la cuota mensual) y el cierre de empresas y unas plantillas cada vez más delgadas redujeron la cifra de delegados.

MAPA INCOMPLETO // Aunque UGT y CCOO dominan con una hegemonía incontestable el escenario laboral por el lado de los trabajadores, el tándem sindical provincial es incompleto. Y lo es porque hay actividades en las que otras asociaciones les superan. STEPV es el sindicato mayoritario en educación y, en el sector público, los dos grandes tienen que pelear con CSI-F, una organización que en la provincia no ha sufrido tanto las consecuencias de la crisis y que se mantiene en unos 2.000 afiliados. «CSI-F no ha bajado, entre otras cosas, por la fidelidad de sus afiliados y porque además ha recogido un importante número de desencantados con el sindicalismo de clase», argumenta Javier Estrada, presidente del sindicato de funcionarios en Castellón.

La caída de la afiliación ha agravado el problema de la financiación sindical. No obstante, este no llega por aquí principalmente, sino por el recorte de subvenciones públicas y fondos de formación. El grifo se ha cerrado y las centrales han tenido que acometer ajustes y recortes en sus estructuras. «Hoy el 80% de la financiación de CCOO es vía cuotas de afiliados», explica Manel Nieto, que insiste en que el sindicato sigue manteniendo la cobertura laboral y sindical que tenía, con un 80% de presencia en la negociación colectiva.

UNA NUEVA ERA // Con menos afiliados y menos recursos, el sindicalismo en Castellón afronta una nueva era. Una nueva época llena de retos. «El principal, quizás sea recuperar el número de afiliados de antes y que todos los trabajadores se den cuenta que lo que estamos consiguiendo los sindicatos es para todos», apunta Francisco Sacacia. «Sin las centrales, las consecuencias de la crisis hubieran sido mucho peores», dice.

Nieto insiste en la necesidad de que la democracia llegue a todas las empresas. «Hay una ley que impide a las compañías de menos de 6 trabajadores tener representación sindical y eso hay que cambiarlo», apunta el líder de CCOO en Castellón. Otro reto es conquistar a los jóvenes. «La gran mayoría no nos conocen y la situación actual, con tanto paro juvenil y con un aumento de microempresas dedicadas a las nuevas tecnologías no ayuda».

Consolidar su fuerza en la provincia y ganar terreno en la empresa privada son retos de CSI-F. «Queremos ganar presencia desde un posicionamiento independiente y como alternativa a los sindicatos tradicionales, con profesionalidad y compromiso en defensa del interés general de los trabajadores», dice Estrada.