La primera ministra, Theresa May, viajó ayer a Manchester, donde se entrevistó con miembros de los equipos que participaron en el rescate de las víctimas del atentado producido en el Manchester Arena y visitó a algunos de los heridos. A primera hora de la mañana, May había reunido al comité de seguridad nacional Cobra y volvió a convocarlo por la noche en la residencia de Downing Street.

Tras cotejar los datos de las investigaciones en marcha, se decidió aumentar el nivel de amenaza terrorista, que hasta ahora era severo (lo que implica altas probabilidades de que ocurra un atentado, pero sin que exista información concreta de un ataque inminente), y situarlo en crítico, en el que la posibilidad de un atentado se considera como inminente. En esta situación, el Ejército se desplegará en las calles pertrechado con armas apoyando a la policía.

«No podemos ignorar la posibilidad de que haya un grupo más amplio relacionado con el atentado de Manchester», precisó la primera ministra. Por eso,May reforzará además la presencia policial y la vigilancia en eventos públicos a fin de tranquilizar a los ciudadanos. Francia, que ha sufrido en carne propia este tipo de ataques, anunció una medida similar.

El atentado ocurrió en un concierto en el que participaban miles de personas, cuando están a punto de iniciarse las grandes celebraciones estivales, algunas de ellas tan populares como el torneo de tenis de Wimbledon o los conciertos al aire libre en Hyde Park, en Londres. Scotland Yard pondrá en marcha la operación Hércules, un despliegue de agentes armados que reforzarán la seguridad en los eventos multitudinarios que tengan lugar durante los meses de estío.

ESTADIOS / La vigilancia será más férrea los fines de semana en los estadios de Wembley y Twickenham, indicó la comandante Jane Connors. «Estamos decididos a hacer todo lo que esté en nuestra mano para proteger la capital. Eso significa que en los próximos días, cuando vaya a una sala de música, a hacer compras, vaya a trabajar o ponga rumbo a fantásticos eventos deportivos, va a ver más oficiales (de policía), incluidos algunos armados». Los controles también se extenderán a eventos «más reducidos», que hasta ahora no requerían especial vigilancia.

May prometió destinar «todos los recursos necesarios para la policía, de manera que pueda hacer el trabajo que necesite». La primera ministra pidió a los británicos que «continúen disfrutando de los eventos de verano, sintiéndose seguros», aun reconociendo lo «horrendo» del ataque en el Manchester Arena. «Está claro que no vamos a dejar vencer a los terroristas. Nuestros valores van a prevalecer», afirmó.

El atentado del lunes se ha producido dos meses después de que otro miembro del colectivo yihadista matara a cinco personas en el puente de Westminster, al lado del Parlamento, arrollando a la gente con un coche. El terrorista fue abatido por los agentes de seguridad.

CAMPAÑA / Los partidos políticos suspendieron ayer la campaña electoral para los comicios generales del 8 de junio. El atentado se ha producido con el Parlamento cerrado, tras su disolución, por la convocatoria de elecciones anticipadas.

La tragedia condujo a una tregua inmediata de las hostilidades políticas. Todos los líderes hicieron piña a la hora de condenar la nueva herida infringida por el terrorismo. El líder laborista, Jeremy Corbyn, se puso en contacto con May y ambos decidieron de mutuo acuerdo suspender la campaña electoral hasta nueva fecha. El jefe de los liberales demócratas, Tim Farrow, canceló por su parte la visita electoral que tenía previsto realizar a Gibraltar.