El presidente de la Diputación de Castellón, Javier Moliner, defendió este jueves que la provincia debe apostar por la innovación y el talento «para que Castellón sea la gran plaza de la revolución industrial 4.0». En el acto de clausura de la jornada, subrayó que «hay que perder el miedo a la utilidad de la inversión» pues «la industria, o será 4.0, o no será».

Al respecto, abogó por hacer «autocrítica» y consideró que no solo las empresas deben afrontar esta cuarta revolución tecnológica sino también «la Administración pública y desde la universidad, apostando por formar el talento necesario que llegue a la industria con mayor predisposición tecnológica». Y es que, en opinión de Moliner, en ocasiones, si no se ha entrado de lleno en la digitalización es «por una cuestión de cultura, de hacer diferente las cosas. No es un problema de instalar una nueva máquina o crear una app».

Como ejemplo, citó los casos de éxito de empresas tecnológicas a escala mundial, cuya facturación y valor supera a grandes multinacionales. «Los datos pueden desbancar al petróleo en los negocios. Quien tiene datos y los sabe usar puede ser más rico que quien posea energía», subrayó.

RECONVERSIÓN HUMANA

A su parecer, del manejo de los datos vendrán las oportunidades del futuro. Y para ello, remarcó, las compañías necesitarán contar con profesionales de talento. «Quien tenga gente capaz de provocar la lluvia de la nube (de datos), cuándo y dónde toca, será quien posea la piedra filosofal de los negocios», señaló. La información, volcada al proceso de producción o venta, puede generar un valor añadido extrordinario, según destacó el dirigente provincial. Al tiempo, Moliner admitió que la cuarta revolución industrial implicará «una reconversión necesaria del capital humano. El 75% de personas, dentro de una década, se dedicarán a trabajos que ahora ni existen».

En cualquier caso, el líder provincial se mostró convencido de que Castellón se apuntará al nuevo modelo y esto le permitirá «salir reforzada, ahora que ya ha pasado el fantasma de la deslocalización. Porque además, contamos con talento y herramientas de innovación para que Castellón sea la gran plaza de la revolución industrial 4.0».