Por mucho que la tecnología lo haya puesto todo patas arriba, el punto inicial de toda economía siempre es cuando alguien saca el billetero para pagar y llevarse un producto a casa. Y en Castellón el monedero se abre con algo más de alegría. Los 26.094 euros que, de media, gastó cada hogar de la provincia durante el 2016 han impulsado la recuperación de la economía. Ha sido el segundo incremento del consumo familiar en términos reales en siete años. En el 2015 el gasto ya aumentó, pero el último año la subida se ha acelerado un 4,3% y eso, inevitablemente, se nota y mucho en sectores como el comercio y, sobre todo, la hostelería. Todos crecen en ventas y facturación y también en empleo.

El túnel en el que entró la economía en 2008 hizo que los ciudadanos, incluso los que mantuvieron sus puestos de trabajo, dejasen de plantearse comprar un nuevo coche, viajar a ese destino lejano, embarcarse en una hipoteca o salir a cenar todos los fines de semana. Esas decisiones provocaron que el gasto familiar cayera hasta los 24.533 euros en el 2014 (año en el que tocó suelo), aunque la curva descendente cambió en el 2015. El año pasado volvió a crecer y las familias perdieron definitivamente el miedo a gastar: cada uno de los 230.000 hogares de la provincia invirtió 1.139 euros más en pagar facturas, llenar la nevera o renovar el vestuario, según datos que acaba de publicar el Instituto Nacional de Estadística (INE). Y eso significa que, en su conjunto, gastaron 264 millones más en compras.

En Castellón la recuperación del consumo es clara y en el conjunto nacional la tendencia es la misma. En el 2016, el gasto medio por hogar en España fue de 28.200 euros, lo que supuso un aumento anual del 2,6%, el mayor de los diez últimos años.

Pero, ¿en qué se nos va el dinero? ¿dónde gastan más las familias de Castellón? Aunque el crecimiento del consumo es casi generalizado, hay sectores que lo notan más. Uno de ellos es el del turismo y la restauración. En el último año cada hogar de la provincia destinó 2.700 euros a alojarse en un hotel o comer fuera de casa, nada menos que un 11,8% más que el año anterior, cuando invirtieron 2.373 euros. La cifra roza ya la alcanzada en el 2008, cuando la inversión en hoteles, restaurantes y cafeterías ascendió a 2.814. La explicación hay que buscarla en el incremento de los viajes vacacionales y escapadas de las familias, así como el fin del efecto tupper, es decir, la vuelta al restaurante y al bar.

Enganchados al móvil

El bar nota que el presupuesto familiar ya no es tan ajustado y donde también sube el gasto es en telefonía móvil. Resulta obvio. Casi el 90% de los ciudadanos usa a diario este dispositivo, que ya se ha convertido en el principal modo de acceso a Internet. Hasta los niños de 9 años tienen smart­phone y eso explica por qué cada hogar de la provincia gasta al año 722 euros en pagar la factura del teléfono, un 10% más que el año pasado. Además, se invierten otros 72 euros de media en equipos de telefonía, un 22% más.

La existencia de lo que muchos expertos denominan Phono sapiens es un hecho hasta el punto de que las familias de Castellón destinan casi el mismo dinero a la telefonía que a pagar la factura del agua y más del doble que a la conservación de la vivienda. Un par de datos basta para entenderlo: el agua se come 778 euros anuales del presupuesto familiar, la reparación de la vivienda otros 340. La factura del teléfono móvil, en cambio, sube a 722.

Pese a que el gasto remonta en Castellón y el consumo se activa, todavía hay decenas de familias de la provincia que pasan por grandes dificultades. Muchas siguen en el paro. Otras trabajan, pero el sueldo apenas les llega para cubrir gastos. De hecho, el 24,4% de los valencianos está en riesgo de pobreza, más de dos puntos por encima de la media nacional. Pese a que los datos siguen siendo malos, la tasa bajó por segundo año consecutivo tras llegar a su máximo en 2014.