Las llamas no son solo cosa del terreno forestal. La costa castellonense no está, ni mucho menos, exenta del riesgo de incendio. Y es que los solares y cultivos abandonados se erigen este verano como el polvorín de las ciudades.

Aunque el fuego más devastador es el que ha arrasado este julio 1.300 hectáreas en la Serra Calderona, en el último mes se han registrado también otros 69 fuegos urbanos en descampados y fincas descuidadas de la provincia, según datos del Consorcio Provincial de Bomberos.

Castellón, Vila-real, Burriana, Onda, Benicarló, la Vall d’Uixó y un largo etcétera de municipios se han visto afectados por fuegos en los últimos días. En el caso concreto de Almassora, la localidad ha sufrido hasta siete incendios desde el inicio de junio. Las inmediaciones de la CV-18 y el solar que hay junto al campo de fútbol José Manuel Pesudo han sido algunos de los escenarios.

DESALOJOS

Este tipo de fuegos resultan especialmente peligrosos al registrarse en zona urbana, en descampados cercanos a bloques de viviendas, colegios, comercios y concurridas instalaciones deportivas. En muchas ocasiones, las llamas amenazan la seguridad de los vecinos y la intensa humareda obliga al desalojo de los residentes, como ocurrió hace un año en la capital de la Plana, cuando un incendio descontrolado junto al cementerio obligó a evacuar a más de 50 personas y causó gran alarma.

Hace apenas una semana, un fuego asoló la zona de la cuadra Salera y amenazó también con arrasar varias viviendas que se encuentran diseminadas por el lugar. Agentes de la Policía Local de Castellón identificaron días después a los presuntos autores del incendio. Son cuatro personas, con edades comprendidas entre los 38 y los 43 años, que presuntamente efectuaron una quema no controlada de basura y neumáticos que tenían acumulados en la parcela de su vivienda.

Y es que ese es, precisamente, el mayor peligro de este tipo de solares: la acumulación de basura. Los bomberos alertan de que el abandono de envases de plástico, electrodomésticos oxidados, ruedas de vehículo y cristales dispara el riego de incendio.

Las posibilidades de que una parcela falta de limpieza se convierta en una bola de fuego se disparan con las elevadas temperaturas y el viento de poniente durante la etapa estival. Por ello, los expertos insisten en la necesidad de mantener limpias estas propiedades, no solo de basura, sino también de maleza. La acumulación de vegetación seca funciona como un acelerante natural.

DIFICULTAD

Muchos de estos solares son de titularidad privada. Un hecho que dificulta las tareas de mantenimiento a los ayuntamientos, que envían cientos de notificaciones a los dueños de las parcelas abandonadas exigiendo la limpieza de las mismas. Un ejemplo. Almassora ha enviado 132 cartas a titulares de descampados solicitando que acometan las mejoras necesarias para prevenir incendios. Además, desde el 16 de junio, cuatro trabajadores del plan de empleo municipal (PEM) trabajan en la adecuación de parcelas de titularidad consistorial con el fin de evitar fuegos con las altas temperaturas.

«Lo más difícil es la limpieza en puntos cuyo dueño no está identificado. Generalmente, son empresas liquidadas o que cambian con frecuencia de titularidad», explican los ayuntamientos.