Un paseo por las mejores zarzuelas de todos los tiempos. Así se puede describir el espectáculo que vivieron ayer por la tarde cerca de 1.300 castellonenses de origen y adopción en el fantástico escenario de la Pérgola. Un año más, el Centro Aragonés de la capital de La Plana se sumó a la celebración de las fiestas fundacionales con una cita lúdico-cultural que despertó el interés de sus siempre activos socios y de numerosos amigos.

Se trata de una celebración que, en esta ocasión, resultaba especial y batió récords de participación. Tal y como explicó el presidente de la entidad, José Antonio Lázaro, "hoy --por ayer-- hemos conmemorado el 30° aniversario de la segunda etapa de la asociación y el éxito conseguido nos ha sorprendido". Y es que "si otros años contábamos con la presencia de unas 600 personas, este, la cifra se ha duplicado, y estamos satisfechos".

UN LUJO DE COMPAÑÍA El potencial de la compañía invitada fue uno de los grandes atractivos de la tarde. El Teatro Lírico de Zaragoza respondió y encandiló a los presentes desde los primeros compases del preludio de La Revoltosa y mantuvo su emoción hasta el fin de la primera parte, con La rosa del azafrán. Previamente, habían aplaudido con ahinco las elegantes y excelentemente bien interpretadas pinceladas de obras como La Gran Vía, Bohemios, Romanza de Paloma y Pasacalles, unos auténticos clásicos.

La segunda parte fue más espectacular si cabe. El Bateo dio paso a una buena muestra de la obra de Jacinto Guerrero que incluyó piezas tan representativas de su carrera como Los Gavilanes o El huésped del sevillano. El público, que llenaba La Pérgola como en sus mejores tardes, reconoció el trabajo de los artistas sin descanso y tarareó las más que famosas letras hasta que una sensacional Gigantes y Cabezudos logró emocionar a los presentes, muchos de ellos, aragoneses.

De este modo, se puso el punto y final a una velada en la que, de nuevo, castellonenses y aragoneses demostraron que las dos culturas no solo se encuentran próximas geográficamente. "Estar aquí es una auténtica delicia para nosotros", aseguró un agradecido José Antonio Lázaro.

BUEN BALANCE Tal y como remarcó "estas tres décadas de funcionamiento de la entidad han sido excelentes y han servido para consolidar todavía más las excelentes relaciones que tenemos los aragoneses con los castellonenses". Unos años de trabajo en los que la entidad ha conseguido reunir a "unos 500 socios".

Esta cifra reafirma a la asociación como máxima representante de todos aquellos que tienen sus raíces en Aragón y hace que su presidente mira al futuro con renovada ilusión. "Tras la buena acogida que hemos tenido en los últimos años y, de manera especial, hoy esperamos seguir presentes en las fiestas 30 años más", señaló con rotundidad.