Xarxa Teatre ofreció un dibujo visual y filosófico de la esencia castellonera en su espectáculo para la Galanía a la reina de las fiestas. Luz, música, danza, alegorías y evocaciones con figurantes de los símbolos e iconos de la ciudad se fueron sucediendo, intercalados entre los desfiles protocolarios de madrinas, damas y la reina de las fiestas, Estefanía Climent.

La historia fundacional, como génesis de un pueblo y aparición de los personajes de la conquista; los juegos tradicionales, «imaginativos, participativos, integradores, de destreza, velocidad y sana competencia»; el Campanar de la Vila, «es fadrí de veritat», como rezan los versos del inmortal Artola; los diálogos socarrones de personajes populares de Castellón y sus sentencias más variopintas, la romeria de les canyes, declarada hace escasamente 72 horas Bien de Interés Cultural... univeso castellonero cien por cien para glosar a una reina de las fiestas que se convierte en embajadora triunfal de las fiestas de Castellón, en la mejor estampa de un pueblo sempre lliberal.

Con Estefanía en su trono de soberana, sola y resplandeciente, la sorpresa final: una alegoría del símbolo de las fiestas que fue naciendo a través de castelloneros, quienes fueron colocando candiles sobre una arquitectura efímera instalada en el escenario.

Y un último candil llevado por el padre de la reina, Lauren Climent, en la ofrenda íntima y personal del progenitor a su hija.

Emoción a raudales, canto de belleza a la luz y esperanza en las fiestas que llegan. Xarxa cuidó hasta el más pequeño detalle para que la Galania fuera espectacular y sugerente, sin perder las señas de identidad de un pueblo y viceversa. Esencia e identidad al servicio de la espectacularidad y grandeza de la urbe castellonera que ofrece lo mejor de sí misma cuando llegan las fiestas de la Magdalena. Galania de flores, música y palabra en las vísperas del jubiloso tercer domingo de Cuaresma de Castellón.