Clasicismo en estado puro. Esa fue la propuesta de Fuegos Artificiales del Mediterráneo, de València, que debutó ayer en el coliseo de las mascletaes de Castellón, la plaza del Primer Molí, en la quinta jornada del concurso oficial de la fiestas de la Magdalena del 2017.

Candelas de color, de destellos que convirtió en más claridad el día gris que asomaba en el cielo de la capital de la Plana, y truenos potentes para un espectáculo contundente, ruidoso y de línea ascendente, aunque sin grandes alardes y sin utilizar para nada el disparo digital. Solo a la antigua usanza para silbidos y cambios de ritmo con terremotos en paralelo a las retenciones, que consiguieron el efecto deseado de hacer vibrar el asfalto.

La firma, que se dedica al disparo de espectáculos pirotécnicos y no a la fabricación, tuvo fuerza para seducir a los miles de castellonenses que se congregaron en los aledaños. Disparó más de 130 kilos de pólvora, forjando de nuevo ese ambiente embriagador de una Magdalena de mascletaes en la cita de las 14.00 horas. Momento mágico y solemne en el que retumba Castellón.