En claveles blancos y rojos. Así se fue perfilando el dibujo del tapiz de la Ofrena del 2017, a medida que los fieles fueron desfilando por la explanada de la basílica de la patrona de la ciudad.

Un diseño que se convirtió en una alegoría sobre la música tradicional de nuestra tierra con las imágenes gigantescas de una dolçaina y un tabal. Ideado por Arturo España, el panel de flores fue cobrando forma a lo largo de la mañana, en la primera de las sesiones de la Ofrena, y de esta forma, ya por la tarde, en la segunda de las tandas del desfile mariano, se podía vislumbrar con absoluta nitidez y, perfectamente, cuando arribaron a la explanada las reinas de las fiestas y sus respectivas cortes de honor para honrar a la Virgen.

Un tapiz de flores que se convierte en el símbolo mayestático del sábado de Ofrena, y que será admirado en los próximos días por centenares de castellonenses que se acercarán a Lledó.

Este año, además, con la particularidad de que todo el panel ocupaba al completo la fachada de la casa prioral y sin la plataforma que servía de acceso a las máximas representantes de la ciudad cuando llegaban al templo basilical.

DELEGACIONES INVITADAS // Por otra parte, hay que destacar que en al Ofrena participaron también las delegaciones de la Junta Central Fallera de Valencia, con sus Falleras Mayores al frente y su corte de honor, así como la de la Gestora de Hogueras de Alicante, con la Bellea del Foc, tanto mayor como infantil, y sus damas. La coincidencia de las Fallas con el domingo de Magdalena impidió la presencia en nuestra ciudad de ambas delegaciones. Si bien las falleras mayores de Valencia sí suelen venir a la Ofrena de Castellón, la representación alicantina era la primera vez que asistía al acto de veneración y fervor a la Mare de Déu más castellonera por antonomasia.

Por otra parte, muchas gaiatas contaron también con representación de Fallas y Hogueras con las que están hermanadas, así como los Templarios de Castellón, que contaron como invitados a la Falla Pensat i Fet, de la Vall d’Uixó, que se unió a la festividad lledonera.