La luz de Porta del Sol se mantiene inalterable. Más luz con el astro rey. Como la madrileña Puerta del Sol, que es el kilómetro cero de la España de los caminos y encrucijadas, también la Porta del Sol de la ciudad turquesa y naranja es el centro neurálgico, el rovell de l’ou del món del entramado urbano de Castellón y su término municipal.

Es un enclave que une las principales calles comerciales y céntricas de la ciudad, como Trinidad (ya en el sector 1), Enmedio, Gasset, Ruiz Zorilla y la plaza del Real (arranque del sector 4), por lo que se convierte en un lugar importante de paso de peatones y también de automóviles.

El nombre actual de la plaza tiene su origen en que en ella se encontraba una de las puertas de acceso a la ciudad amurallada. El origen del apelativo del Sol se debe a que es la plaza histórica en la cual da más el sol durante el día. Durante la dictadura franquista se llamó plaza del Caudillo o del Generalísimo.

Una demarcación urbana con nobles edificios, como el del antiguo Banco de Castellón, más tarde Banco de Valencia y ahora Caixabank, donde de su reloj se tocan las campanadas de la Nochevieja castellonense; también el neoclásico Real Casino Antiguo, precioso edificio, antiguo palacete de los Tirado, y uno de los lugares más fotografiados por los turistas cuando visitan la ciudad de Castellón; así como el inmueble de la extinta Caja Rural, ahora Cajamar; y el edificio del antiguo cine Saboya.

Mientras, sola y desnuda, surge la fuente conmemorativa del 75º aniversario de Fomento Agrícola Castellonense (Facsa), como testigo mudo de los avatares diarios de la Porta del Sol, historia viva de un Castellón que tiene en esta demarcación urbana una de sus más vetustas señas de identidad. La capital puede presumir de contar con un espacio que atesora el esplendor de tiempos pasados y la larga vida de un futuro de esperanza.