Luces, pólvora y acción. La Enfarolà iluminó el centro de Castelló con su esencia, una combinación de la música tradicional interpretada por la Colla de Dolçainers i Trabucaires Xaloc, bajo el título de 75 Magdalenes i un Pregó, mientras disparaban los artificios de la maestra pirotécnica Reyes Martí con los colores de la bandera de la ciudad: verde, rojo y amarillo. Y, cómo no, el despliegue de los bomberos municipales, que volvieron a encargarse de engalanar el Fadrí, descendiendo desde lo alto para enarbolar la bandera de la 75ª edición de las fiestas. Un cartel luminoso en tonos verde Magdalena, referente precisamente a esta efeméride, conformó la sorpresa de la noche, junto con la voz del pregonero, José Antonio Lázaro.

Como es tradición, el son del himno de la ciudad animó a los asistentes congregados en pleno centro, frente al Fadrí, para disfrutar del espectáculo pirotécnico, que arranca en el propio campanario y se extiende hacia el edificio del ayuntamiento.

A cuatro metros de altura

La responsable de Pirotecnia Martí, de Burriana, destacó el papel de los bomberos y de la música de la colla Xaloc. «Coronamos el Fadrí con una cascada de perlas blancas y después representamos la bandera de Castellón, con sus colores, con las franjas en amarillo y rojo, y el verde», explicó. Además, tal y como reseñó Martí, «como innovación, se ha preparado un letrero luminoso verde de la 75ª edición, a unos cuatro metros de altura».

En cuanto a la pólvora empleada, indicó que no se llega a los 10 kilos, pues es un castillo en el que se emplea poca cantidad. «Adornamos el Fadrí. Es una tradición familiar, pues mi padre fue el precursor de la Enfarolà. Se conmemora la bajada de los moradores a la Plana con los farolillos de luz», manifestó Martí.

Un cambio de esta edición es que ayer, tras el espectáculo, no se encadenó con los correfocs posteriores. «Se vuelve al acto en esencia, solemne, al de los orígenes, sin correfoc posterior», apuntó el responsable de la organización del equipo de bomberos de Castelló, Toño Guimerà, quien apuntó que en esta ocasión participó uno más, hasta 11 profesionales. «Es un orgullo para nosotros. Participamos aportando especialistas en alpinismo y cada uno juega su papel en el evento. Aunque son dos los que andan en vertical por el campanario, para desplegar la bandera de la capital; además, también hay otros dos en la repisa, ayudando. Otros coordinan», explicó.

14 años en activo

Son ya 14 años los que los bomberos llevan cumpliendo este cometido en un acto de calado y cada vez más participativo, como la Enfarolà, según puntualizó Guimerà. «Aunque la maniobra siempre es la misma, cambiábamos algún aspecto para darle vistosidad», detalló. «Pero al tener que trabajar con doble cuerda y cumplir con la normativa de riesgos laborales para trabajos en altura, se prima la seguridad», añadió el representante.

«Queremos que los castellonenses sepan que, además de desarrollar nuestro servicio durante todo el año, los bomberos de la ciudad forman parte de la fiesta, cuando llega la Magdalena. Contribuimos en la Enfarolà y en la colocación del pañuelo al Tombatossals», enfatizó.