Las fiestas de la Magdalena constituyen la historia propia de cada castellonense, forman parte de nuestra identidad, raíces, cultura, de nuestra vida. Por eso, cada uno tiene una percepción y un recuerdo imborrable, y cada Magdalena acaba siendo única. En su condición de primera autoridad municipal, parece lógico que sea Amparo Marco quien inaugure esta sección dedicada a los recuerdos que permanecen indelebles y que ahora queremos sean públicos.
No es difícil sonsacar a Amparo Marco un repaso a esas experiencias personales, íntimas incluso. «Tengo recuerdos muy emotivos, desde siempre, esos recuerdos que hoy me siguen estremeciendo cuando escucho el Rotllo i Canya, cuando gritamos Som de Castelló, cuando cantamos Anem, anem, seguim tots a la processó, y cuando se encienden las luces de nuestras gaiatas», comenta.
Orgullo de castellonera
Y más allá de esos instantes mágicos, esta castellonense se emociona especialmente «la madrugada de la Romeria»: «Cuando te preparas, ultimas los detalles, sientes un orgullo inmenso de ser castellonera, de revivir la tradición. Lo siento como castellonera y como alcaldesa, y sobre todo, como madre que comparte estos sentimientos con sus hijas».
Y llegado el momento de mostrar sus preferencias, por complicado que pueda parecer y por muchas que sean las experiencias vividas, tampoco duda Amparo en descubrir sus sentimientos: «Es difícil elegir una edición concreta de las fiestas, pero, sin duda, ser la primera alcaldesa ya condiciona mi Magdalena favorita. Una de las más especiales fue la del 2016, las primeras fiestas que viví como alcaldesa. Recuerdo con mucho cariño ese Pregó, cuando el pregonero Santiago López cantó el texto de Bernat Artola modificando el habitual ‘alcalde’ y diciendo ‘L’Alcaldessa de la ciutat i terme de Castelló té hui la satisfacció de fer saber al veïnat que ja el dia és arribat de la nostra Magdalena…’. Era la primera mujer alcaldesa y en ese momento sentí que todas las mujeres castellonenses que siempre han participado de lleno en las fiestas estaban también visibilizadas».
Dama de la gaiata 1
No contentos del todo, insistimos en busca de algo menos institucional y simbólico, algo más desconocido por privado, y la alcaldesa sigue fiel a su espontaneidad y castellonerismo. «Recuerdo con enorme emoción las fiestas de 1985, cuando fui dama de la gaiata 1, Brancal de la Ciutat. Son momentos inolvidables en los que participamos de lleno, en los que compartes las fiestas con todo tu barrio desde dentro, desde el primer momento», admite.
Y, recuperando el tono oficial, la alcaldesa asegura que «estas serán unas fiestas que nadie podrá olvidar por especiales», asegura Amparo Marco. ¡Las mejores fiestas siempre están por llegar!
