AGUSTÍN MON

Un festero de BIC

Hablar de gaiata y de fiesta es hacer referencia a este castellonense implicado en las celebraciones fundacionales desde que era niño

Un festero de BIC.

Un festero de BIC.

Agustín Mon es un castellonero y gaiatero de pro. Y por eso ha sido merecedor del Fadrí d’Or Honorífic que ayer recibió por su decidida contribución a la reclamación del bien de interés cultural para la gaiata, símbolo de las fiestas. El protagonista de hoy recuerda con cariño sus vivencias en la semana grande. Las ha disfrutado desde siempre, desde bien pequeño, viendo el Pregó, subiendo a la Romeria con el bocadillo de tortilla de habas o en las visitas a las diferentes gaiatas, sobre todo a Brancal de la Ciutat, que era la de su barrio.

Pero más directamente desde finales del verano de 1981, cuando una jovencísima e ilusionada Elisabeth Breva conformaba el grupo de personas con las que se embarcaría en el proyecto de formar --y presidir-- la gaiata 15, Sequiol. Y, desde entonces, ahí continúa, haciendo gaiata.

De niño participaba en todo lo que programaban para los pequeños, tanto la gaiata 1 como la Junta Central de Festejos. De adolescente, ya con 17 años, sus mejores recuerdos son construyendo gaiatas y colaborando con grandes artistas.

Un festero de BIC.

Un festero de BIC.

Evolución de la semana grande

Desde entonces hasta ahora, la fiesta también ha experimentado cambios. Han conseguido sacar la agenda a la calle, donde música, luz y pólvora son los tres elementos fundamentales para que todos puedan disfrutar del programa, y eso hace singulares estos días respecto a festejos hermanos. En los años que fue miembro de la Junta de Festes trabajó para darles mayor protagonismo y nació el concurso de mascletaes.

Muchísimos son los recuerdos que le acompañan de estos más de cuarenta años de fiesta. La primera comisión del Sequiol; el primer espectáculo de luz, en la plaza Mayor; la primera Encesa (por aquel entonces Homenaje a las Gaiatas); ser elegido pregoner y compartir ese honor, el mismo año, con su hijo Carlos; haber recibido la distinción de Gaiater de l’Any... Agustín Mon también destaca el gran número de personas que estos años han contribuido a formarle e ilusionarle por el elemento que da diferencia y vertebra la fiesta: la gaiata. Y muy especialmente a Elisabeth Breva. 

El programa, según destaca Mon, es variado y abierto a todo el mundo, favoreciendo la armonía entre el vecindario, la integración y la cordial convivencia de cuantos actores conforman este espectacular elenco que dan vida a las fiestas fundacionales.

Quizá una involución notable, desde el punto de vista de Mon, ha sido la reciente pérdida de la autonomía festera que, desde 1988, gozaba la gestión organizativa del programa. «Debemos luchar por ella», subraya.