Bocados para todos los gustos en un mesón con mucha marcha

Los más jóvenes toman los mandos en la plaza España. El Mesón de la Tapa y la Cerveza se ha convertido en para casi obligatoria para las miles de personas que disfrutan a diario de las fiestas de la Magdalena. Y es que las numerosas casetas de este oasis gastronómico permiten a los castellonenses cargar las pilas con raciones variadas y montaditos a la plancha, unas tapas que entran a las mil maravillas después de horas de actividad frenética. 

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Espacio para jugar

Entre sus adeptos también están los más pequeños, que disfrutan de una comida al aire libre, con espacios verdes alrededor para poder jugar y tirar petardos. Tanto es así, que el parque Ribalta se ha convertido en una extensión del mesón, que da tranquilidad a los padres y da margen a los peques. «Con ellos, es una buena opción venir aquí. Nosotros somos un grupo grande de adultos y niños y en los alrededores tienen espacio para jugar. Así no los tenemos sentados a la mesa en un restaurante, sin poder moverse», explica María José, vecina de Borriol.

Otra de las grandes ventajas de este espacio es la variedad de comida, que permite que cada comensal elija aquello que más le gusta. «Como cada uno tiene sus tíquets, no hay peleas. La oferta es enorme: arroces, revueltos, bocadillos calientes, frituras, comida internacional...», alaba Jorge, vecino de Onda,junto a su familia.

Satisfacción también entre los hosteleros, que no dejan de servir platos y reponer bandejas.