Inconfundible silueta la del escritor británico Tom Sharpe. Esa mirada suya tan particular, entre inocente y pilla, esa sonrisa sincera a la par que granuja, y su pipa, y sus puros, y su impecable y exquisito sentido del humor --aunque muchos creyeran que era un humor corrosivo e incluso cruel--. Todo él desprendía originalidad, transmitía lo que comúnmente se dice como “buen rollo”.

Admirador de P. G. Wodehouse --al que particularmente también adoro--, Sharpe fue mucho más que un simple humorista literario, pese a lo que muchos puedan creer. De hecho, su faceta como escritor podría decirse que tardó en tomar forma. No sería hasta la edad de 41 años cuando llegaría a publicar su primera novela, dejando claro que no es necesario triunfar cuando se es joven. Cada uno necesita su tiempo y Sharpe supo organizarlo bien para dar rienda suelta a sus particulares aventuras y, también, para cumplir con propósitos cercanos a la conciencia y lucha política. Precisamente, poco parece importar ahora el hecho de que en Sudáfrica, a donde se trasladaría en 1951 para dedicarse a la enseñanza, comenzara a alarmarse por la situación que se vivía en los suburbios junto con el racismo latente.

1961 sería un año importante en la vida del autor británico. Fue entonces cuando empezó a escribir la primera de sus nueve piezas teatrales contra el apartheid, lo que le propiciaría su encarcelación en la prisión de Pietermaritzburg, acusado de político subversivo y comunista peligroso, hecho este que provocaría su deportación por “actividades antigubernamentales”. Sin embargo, como de todo lo malo uno puede extrear algo positivo, de su periplo africano le vendría la inspiración para escribir dos de sus obras: ‘Reunión tumultuosa’ y ‘Exhibición impúdica’.

A su vuelta a Inglaterra, volvería a enfundarse el traje de profesor de Historia en un colegio de Cambridge, labor que desempeñaría durante nueve años, hasta 1972. De esta experiencia tomaría numerosos apuntes para algunos de sus personajes de alumnos necios y brutos; personajes que, a la postre, se tornarían inmortales gracias a su narrativa. Un claro ejemplo es, sin duda, una de sus grandes obras, ‘Wilt’.

club de lectura

Considerada por muchos como la mejor novela de Tom Sharpe, ‘Wilt’ está llena de situaciones cómicas cercanas a la farsa, personajes inverosímiles, giros argumentales inesperados y bromas de tipo sexual. La novela ridiculiza el estereotipo de la educada sociedad británica, y plantea la idea de que por debajo de su fachada de represión late un mar tumultuoso de engaño y anarquía sexual.

Precisamente, del argumento de esta magnífica obra y de su autor se hablará largo y tendido en el club de lectura que organiza l’Associació Cultural Socarrats de Vila-real mañana lunes, 23 de septiembre, en la sede de la entidad. Los comentarios sobre la novela de Sharpe iniciarán la octava temporada de esta iniciativa que coordina el escritor vila-realense Vicent Usó, gran amigo.

El club de lectura de Socarrats es una de las iniciativas de mayor éxito de las que se llevan a acabo en este ente, además de ser una de las más veteranas de la provincia y una de las pocas que no están tuteladas por las administraciones públicas. Simplemente son amantes de la literatura que se reúnen para hablar de literatura. Amantes de la literatura que buscan enriquecerse. H