Si la fe mueve montañas, la vocación y la verdadera pasión por una profesión pueden derribar muros que parecían insalvables. Bien lo sabe Blanca Perdiguer, una joven bailaora benicense que desarrolla una destacada carrera profesional a caballo entre Sevilla y la Europa Oriental fruto de su gran esfuerzo personal y un profundo amor por el arte flamenco. Nadie es profeta en su tierra, dicen, pero mientras en el extranjero valoran cada vez más su saber hacer sobre el escenario, Blanca no pierde la ilusión de hacer realidad su sueño: hacer sonar sus tacones sobre las tablas del teatro de su Benicàssim natal.

--¿Dónde nace su pasión por el baile?

--Mi inquietud por el baile surge de pequeña, en mi pueblo, cuando me inicié en los bailes regionales a través del Grup Cremaller y, posteriormente, en el Grup de Danses Aires Valencians, donde también aprendí bailes de salón. Allí, años más tarde, recibí mi primer cursillo de flamenco. Me encantó, me fascinó... y por ello mis padres decidieron llevarme a estudiar a la Escuela de Danza Espejos de Castellón, donde tuve mi primer contacto con el ballet, la escuela bolera, danza española y el flamenco.

--Hasta que decidió dedicarse profesionalmente a ello...

--Sí, me trasladé a Jerez de la Frontera para especializarme más en el flamenco, aunque seguí recibiendo clases de las otras disciplinas. Después de tres años en esa maravillosa ciudad, me fui a Sevilla para seguir mi formación, ya que había y hay un amplio abanico de clases profesionales y de oportunidades.

--¿Qué momentos de su aprendizaje y su carrera han sido más importantes para usted?

--Las etapas de aprendizaje han sido todas muy diferentes, pero siempre geniales. En cuanto a profesores, recuerdo mucho a Lola Ramos, la que me enseñó a amar la danza; a Fernando Galán, mi primer profesor jerezano, quién cambió mi técnica de danza española a flamenca y me hizo llorar en mis primeras clases, una persona a la que quiero y admiro. Y por supuesto no olvido a las que fueron y siguen siendo mis maestras, Pilar Ogalla y Adela Campallo. Siento admiración hacia ellas, sentimientos profundos en todas sus formas….

--¿En qué proyectos trabaja actualmente?

--Actualmente imparto clases en Sevilla, tanto en la escuela que dirijo como en otros centros. En cuanto a actuaciones, ahora son muchas menos que otros años. Alguna noche en tablaos o peñas flamencas, fiestas privadas… pero siempre con la misma ilusión y respeto.

--También es formadora en el extranjero... --Sí, normalmente viajo tres o cuatro mes al año para impartir clases y actuar en diferentes países o me desplazo cuatro o cinco días para dar una ‘master class’ o una actuación ‘express’. En los últimos dos años he estado en Praga tres meses y ahora volveré en primavera. Anteriormente estuve actuando en París y dando un cursillo en la peña ‘Flamenco En France’. Años atrás viví en Moscú siete meses y posteriormente realicé varias estancias más cortas para combatir mejor el frío (ja, ja....) También he viajado a otras ciudades como Lyon, para acudir al I Festival de Peñas flamencas representando a la Peña Pies Plomo de Sevilla, a Italia, Venecia, Eslovenia...

Y en lo que respecta a los alumnos, tanto en Sevilla como en estas ciudades tengo aprendices de todas las edades, niveles, etc. Lo importante es que vienen con mucha ilusión, con ganas de aprender, así que yo ¡lo doy todo!SClB--Todo este recorrido profesional supongo que ha conllevado mucho trabajo...

--Sí, mucho trabajo a nivel personal, mucha disciplina. He tenido que ser constante y, sobre todo no perder nunca la ilusión porque hay días malos, días muy malos, pero también días buenos, y estos ¡son maravillosos! Merece la pena porque la recompensa es maravillosa. Yo lo he conseguido gracias al apoyo de mis padres, mis hermanos y toda mi familia.

--Cree que los jóvenes artistas tienen en España el apoyo suficiente?

--¿Apoyo? Bajo mi punto de vista, a nivel público, ninguno. Ni ayudas, ni becas... Por no tener, no tenemos ni un conservatorio de danza en nuestra ciudad, Castellón. Qué lástima.

--¿Qué consejos daría a quienes quieren dedicar su vida al baile?

--Desde mi humilde experiencia les diría que el camino es duro, que no te regalan nada, que hay que sacrificar muchas cosas. Pero merece la pena: Baila si quieres bailar, baila con los sentimientos en tu mano, baila con el corazón,... como quieras, pero baila.

--¿Cuáles son sus objetivos a medio plazo?

--Seguir con mis clases y mi vida en Sevilla, volver a Praga para primavera y quizás en verano regresar a Moscú. Todo ello además de luchar para cumplir mi sueño de actuar en Benicàssim si el Ayuntamiento me da la oportunidad. H