Llegó a ser considerado el mejor compositor de Francia. Recibió un homenaje musical nacional sin precedentes en París en 1922, encabezado por el entonces presidente Alexandre Millerand. Gabriel Fauré es un icono. Carácter y pasión, dos de los términos que mejor definen al compositor y músico que ahora recibe otra calurosa muestra de veneración por parte de la Orquestra Lírica de Castelló, que interpretará el martes, 15 de abril, un programa que rinde culto al francés en el 90º aniversario de su fallecimiento.

Como dicen desde la OLC, “el concierto dará muestra del característico estilo compositivo de Fauré y sus aportaciones armónicas y melódicas a la música del primer siglo XX, un eslabón entre el último Romanticismo y las corrientes compositivas posteriores a su muerte”. El Auditori i Palau de Congressos, a las 20.00 horas, será el escenario de este acto de admiración con una propuesta que reúne dos de sus obras sinfónicas más conocidas: la suite ‘Pelléas et Melisande, Op. 80’, cuya música tiene su origen en la conocida tragedia escénica; y la ‘Pavane, Op. 50,’ una pieza orquestal con sonoridades próximas a la música española.

La segunda parte estará ocupada por una obra lírica y de mayor envergadura, el ‘Requiem, Op. 48’. Las voces solistas serán las de la soprano valenciana Cristina Vallés y el barítono castellonense Manuel Torada. Para conformar el grueso vocal, a la Orquestra Lírica se suman unas 120 voces procedentes de dos importantes coros de Castellón: la coral Juan Ramón Herrero y la coral Vicent Ripollés.

A ello cabe añadir el protagonismo que tendrá en la versión del ‘Requiem’ que interpretará el Cor de Veus Blanques Juan Bautista Comes de Valencia, compuesto por unas 60 voces infantiles que cantarán algunas de las partes que Fauré reservó para las sopranos.